Ante la irrupción de El Problema de los Tres Cuerpos, la nueva serie de Netflix, el foco vuelve a ponerse sobre una teoría científica centenaria. Difícil de resolver, en ella vienen trabajando arduamente los mejores matemáticos del mundo durante décadas. 

El Problema de los tres Cuerpos consiste en la interacción gravitatoria entre tres objetos masivos en movimiento, así como la complejidad de predecir los movimientos que van a efectuar una vez que se atraen gravitacionalmente entre sí.

Es tan difícil predecir el éxito de la serie, apuesta pionera en este sentido, como las trayectorias que tomarían los cuerpos celestes. Basada en la novela publicada en 2008 por Liu Cixin plantea la idea de un sistema estelar trinario: un planeta orbita alrededor de tres soles, la serie combina los viajes interestelares con la nanotecnología, la astronomía y la teoría del caos, incluyendo además la IA.

En la serie se explica que si uno de los elementos o soles acaba con la estabilidad de la órbita, se generará un bagaje por los campos gravitacionales de los tres soles; una era caótica.

En el siglo XVII, Isaac Newton expuso su investigación revolucionaria en la que probaría que la gravedad mantiene unida al universo. Solo el año pasado se encontraron 12.000 nuevas soluciones a esta teoría científica, aunque el misterio aún está por resolver.

La interacción gravitatoria entre tres objetos masivos en movimiento 

La gravedad es una fuerza capaz de influir en las dinámicas de todos los sistemas del Universo, por lo que resolver este entramado resulta esencial para comprender cómo son las interacciones en el mundo. 

Con El Problema de los Tres Cuerpos se pretende determinar que, en cualquier instante, las posiciones y velocidades de tres cuerpos pueden variar independientemente de su masa. Se encuentran sometidos a atracción gravitacional mutua y parten de posiciones y velocidades dadas. En concreto, tres coordenadas de posición y tres componentes de velocidad.

Pese a que para interacciones elásticas existen soluciones analíticas, las interacciones gravitatorias precisan de métodos numéricos inalcanzables. La idea del sistema estelar trinario de la que habla Liu, llamado Trisolaris, cuenta con limitaciones y condiciones climáticas. 

Ya entre 1860 y 1867, Charles-Eugène Delaunay estudió la problemática de dicho sistema y publicó dos volúmenes al respecto. Para su resolución aplica la teoría de la perturbación, es decir, su resolución como un problema de dos cuerpos y que el tercero simplemente perturba la posición de los otros dos.

Asimismo, el científico y matemático francés, Henri Poincaré, acuñó a finales del siglo XIX un nuevo punto de vista al preguntarse si el sistema solar sería estable para siempre.

Otro de los conceptos a los que se hace alusión en la novela es a la Teoría del Caos. Esa incapacidad para poder predecir el comportamiento de Trisolaris demuestra que las pequeñas variaciones conducen a resultados catastróficos con el paso del tiempo.

De igual modo, la trama de la serie de Netflix se apoya en el concepto de la mecánica celeste y de la astrofísica. Explica que las propias leyes de la mecánica pueden influir en las órbitas de los planetas y las estrellas. También alude a las posibilidades de habitabilidad de los planetas, según su comportamiento orbital o sus condiciones climáticas.

La comunicación interestelar se emplea en la novela para plantear preguntas sobre cómo sería posible la comunicación con otras civilizaciones en el Universo. Además, la IA avanzada y la nanotecnología cobran especial protagonismo como puntos clave para determinar la transformación de la sociedad.