Un experimento de realidad virtual con ratas descubre que pueden recordar, imaginar y recrear los sitios en los que estuvieron
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- Este experimento de realidad virtual con ratas ha determinado que tienen imaginación.
- La interfaz máquina-cerebro, similar a un Neuralink de Elon Musk, abre nuevas posibilidades para estudios cognitivos en humanos.
- China la lía al poner una escalera mecánica de 350 metros para subir una montaña.
En las instalaciones de un laboratorio, un grupo de ratas ha estado corriendo en pruebas, pero no de la forma habitual. Esta vez no se trataba de ruedas o laberintos, al menos no reales, sino de una inmersión en un mundo controlado por su propio pensamiento mediante realidad virtual.
Imagina una rata, inmóvil en el mundo real, en su mente, quizá, se desplaza por un paisaje virtual de praderas y túneles solo con el poder de su mente, quizá fue su primera madriguera, y le causa nostalgia.
Los resultados, publicados por Science, están redefiniendo lo que creíamos saber sobre la memoria y la cognición animal. El estudio muestra a las ratas utilizando una interfaz cerebro-máquina (BMI) para navegar virtualmente.
Esta tecnología avanzada decodifica la ubicación mental de las ratas a partir de la actividad neuronal en su hipocampo, la región del cerebro asociada con el aprendizaje y la memoria. La conclusión es clara: las ratas han podido controlar su movimiento en el entorno virtual mediante el control voluntario de la actividad del hipocampo.
Las ratas y la realidad virtual
Estos inteligentes animales recuerdan, recrean e imaginan los sitios que ya vieron. La realidad virtual, combinada con la interfaz cerebro-máquina, —¿similar a Neuralink de Elon Musk?— ha creado una simulación donde las decisiones de las ratas no dependen de acciones físicas, sino de su capacidad para activar ciertas áreas de su cerebro.
Al hacerlo, las ratas no solo "imaginan" su desplazamiento, sino que efectivamente lo ejecutan dentro de esta realidad alternativa. Este hallazgo es una expansión significativa de la implementación de la interfaz cerebro-máquina más allá de las funciones sensoriomotoras.
Además, se sugiere que el hipocampo está bajo control volitivo, lo que implica que estas ratas son capaces de decidir y pensar en sus movimientos antes de realizarlos. Estas acciones mentales podrían representar la forma en que las ratas planean y visualizan sus movimientos antes de llevarlos a cabo.
El experimento no solo proporciona una herramienta innovadora para investigar los mecanismos a nivel de circuito de la navegación mental y la imaginación espacial en ratas, sino que también abre nuevas vías para comprender cómo los seres humanos y otros animales generan y manejan sus recuerdos y pensamientos sobre el espacio.
La capacidad de las ratas para usar una interfaz cerebro-máquina y navegar un entorno virtual ofrece nuevas posibilidades en la investigación cognitiva y, potencialmente, en el desarrollo de nuevas tecnologías para la rehabilitación y asistencia de pacientes con discapacidades motoras.
Con una fascinación renovada por los intrincados procesos de la mente, tanto humana como animal, este estudio nos acerca un paso más a desentrañar los misterios del cerebro y su asombroso poder para concebir, planificar y experimentar el mundo, incluso cuando ese mundo es una construcción de nuestra propia imaginación.
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