La continua búsqueda por parte de la ciencia para encontrar métodos más eficientes y menos invasivos para perder peso ha llevado al MIT a desarrollar un enfoque revolucionario: la píldora vibratoria VIBES. 

Este dispositivo bioelectrónico que se ingiere promete cambiar la forma de percibir la saciedad y, por tanto, reducir la ingesta de alimentos hasta en un 40%. Esta píldora desencadena sensores de estiramiento en la pared del estómago para enviar señales al cerebro de que ya no hay espacio para más comida.

"Para alguien que quiera perder peso o controlar su apetito, podría tomarlo antes de cada comida", dice el ex estudiante del MIT Shriya Srinivasan, bioingeniero en la Universidad de Harvard. "Esto podría ser realmente interesante porque proporcionaría una opción que podría minimizar los efectos secundarios que vemos con otros tratamientos farmacológicos que existen", añade.

"Para muchas poblaciones, algunas de las terapias más efectivas para la obesidad son muy costosas. A escala, nuestro dispositivo podría fabricarse a un precio bastante rentable", comentan los investigadores.

Esta píldora vibratoria reduce la ingesta de alimentos en un 40%

Conocida como píldora estimuladora bioelectrónica ingerible vibratoria (VIBES), consta de una cápsula de 30,65 milímetros de largo recubierta por una membrana gelatinosa que se disuelve a los pocos minutos de ser ingerida. 

En su interior hay un mecanismo accionado por resorte que se enciende, un motor vibratorio una vez que la cápsula está segura dentro del estómago, vibrando a frecuencias sintonizadas para estimular los nervios sensoriales en la pared del estómago que generalmente responden al estiramiento de los tejidos.

Por el momento hay que tomarlo con cierta calma porque ha sido probada en 10 cerdos. Cada animal tragó la pastilla VIBE 20 minutos antes de comer, y luego el dispositivo vibró en su estómago durante aproximadamente media hora.

El resultado fue muy positivo, ya que el estímulo cerebral que recogieron indicaban que ya no tenían tanta hambre y respondieron comiendo un 40% menos que aquellos que no la ingirieron. Como era de esperar, esto dio lugar a una pérdida de peso. Ahora esperan poder seguir escalando en su investigación e ir poco a poco mejorando su eficiencia para ser probada en humanos.