La sonda Parker sigue dando vueltas al Sol para tratar de desentrañar todos sus misterios. Por el camino, el artilugio de la NASA ha vuelto a alcanzar cifras de récord. 

La Parker Solar Probe, además de ser la nave espacial que más se ha acercado al Sol en toda la historia, ha batido su propio récord, una vez más, como la nave más rápida jamás construida por manos humanas: 635.266 kilómetros por hora. 

El hito se consiguió el pasado 27 de septiembre, a mitad del decimoséptimo acercamiento al Sol de la sonda, que duró hasta el 3 de octubre, según apuntan desde PopSci.

Además, el 9 de octubre, la velocidad de la Parker Solar Probe permitiría, hipotéticamente, circunnavegar a un avión la Tierra unas 15 veces por hora, o saltar entre Nueva York y Los Ángeles en apenas 20 segundos. No es que ningún pasajero pudiera sobrevivir a un viaje así, pero sigue siendo impresionante.

La Parker Solar Probe también ha establecido un nuevo récord de proximidad, ya que ha estado a tan solo 7,2 millones de kilómetros de la superficie de plama del Sol. 

Para no vaporizarse a temperaturas de casi 2.500 grados Fahrenheit, la Parker Solar Probe está equipada con un escudo de compuesto de carbono de 4,5 pulgadas de grosor para proteger sus sensibles instrumentos. 

Estos instrumentos miden y obtienen imágenes de la superficie del Sol para ayudar a los investigadores a comprender mejor los orígenes y la evolución de los vientos solares, así como a predecir los cambios medioambientales en el espacio que podrían afectar a la vida en la Tierra. 

El mes pasado, por ejemplo, la sonda atravesó una de las eyecciones de masa coronal (CME) más intensas jamás observadas. Al hacerlo, la nave ayudó a probar una teoría de dos décadas de antigüedad según la cual las CME interactúan con el polvo interplanetario, lo que mejorará las capacidades de los expertos en previsión meteorológica espacial.

A pesar de su penoso viaje, la NASA informa de que la Parker Solar Probe sigue gozando de buena salud y "todos los sistemas funcionan con normalidad". 

Lo más llamativo es que aunque tiene un montón de récords, la sonda está lejos de haber terminado su misión. Aún tiene programados 7 pases solares más hasta 2024. 

En ese momento (bien dentro de la órbita de Mercurio), la Parker Solar Probe sucumbirá finalmente a los efectos extremos del Sol y se vaporizará en los vientos solares: "una especie de final poético", como dijo un investigador de la misión a PopSci en 2021.