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La realidad de Oppenheimer que no te cuentan en la película: los niveles de radiación alcanzaban grados “casi 10.000 veces superiores" a los permitidos

Proyecto Trinity. Primera bomba atómica

US Department of Energy

Todas las historias de guerra y destrucción tienen su lado oscuro. Incluso en el bando de los vencedores. Los silenciados de la primera bomba atómica, tampoco tienen voz en la película Oppenheimer.

¿Cómo justificas matar a 250.000 inocentes, incluyendo mujeres, niños y ancianos, para terminar una guerra? Los ataques preventivos conllevan una dosis de inmoralidad. Tras cuatro años de una cruenta guerra mundial, Estados Unidos quería terminar con la pesadilla lo antes posible. La bomba atómica era la respuesta, aunque hubiese que sacrificar a miles de norteamericanos.

La película Oppenheimer está siendo un éxito de crítica y público. El filme ha gustado mucho, y ya lleva recaudados 552 millones de dólares (501 millones de euros). Pero solo cuenta una parte de la historia. La historia del creador de la bomba atómica, J.R. Oppenheimer.

Oppenheimer: todo lo que se conoce y más del famoso creador de la bomba atómica

Las víctimas japonesas y estadounidenses se quejan de que no se habla de ellas en toda la película. Pocas veces se ha hecho.

Todos sabemos que las bombas de Hiroshima y Nagasaki mataron directamente a unas 250.000 personas, y causaron cánceres y deformaciones a las futuras generaciones de japoneses, durante décadas.

Pero lo que poca gente sabe, porque ni siquiera se ha reconocido oficialmente, es que cientos, quizá miles de estadounidenses murieron víctimas de la radiación provocada por los ensayos de las bombas atómicas.

Tularosa, una historia de expropiación y cáncer por la bomba atómica

La bomba de plutonio que Estados Unidos había desarrollado para lanzar sobre Nagasaki, tenía un mecanismo de detonación complicado. Había que probarlo antes.

El 16 de julio de 1945 la Prueba Trinity (Trinidad) se llevó a cabo en el desierto Jornada del Muerto, en Nuevo México. La primera bomba atómica, The Gadget, estalló en suelo estadounidense. Aquí puedes verla:

Nadie tenía ni idea del alcance que tendría. Se llevaron a cabo apuestas en el equipo del Proyecto Manhattan. Unos decían que destruiría Nuevo México. Otros, el mundo entero.

Pese a la incertidumbre, lanzaron la bomba atómica. La crónica oficial afirma que era un lugar desierto. Pero la realidad es que en un radio de 80 Kilómetros, vivían 13.000 personas. La mayoría, inmigrantes mexicanos. Nadie les avisó.

Tina Cordova cuenta su historia en primera persona en The New York Times. La bomba atómica cambió la vida de los habitantes de Nuevo México, dos veces.

Oppenheimer

En primer lugar, el gobierno estadounidense realizó expropiaciones para despejar el terreno y levantar las instalaciones de Los Álamos, en donde se había desarrollado el Proyecto Manhattan.

Gente que cultivaba sus propias tierras, pasaron a trabajar como albañiles para construir edificios y carreteras. Sus mujeres, como sirvientas para atender a los científicos y militares.

El pueblo de Tularosa estaba en ese radio de 80 Kilómetros de la explosión. Cuentan los testigos que cuando vieron el hongo de humo, creían que era el fin del mundo.

El pueblo se llenó de ceniza radiactiva, pero sus habitantes siguieron cultivando la tierra contaminada y bebiendo el agua radiactiva, porque nadie les dijo nada. Nadie se molestó en ver si la radiación les estaba afectando.

Un estudio de 2010 certifica que en algunas zonas de la población se alcanzaron "niveles casi 10.000 veces superiores de radiación a lo actualmente permitido en áreas públicas”.

Tularosa, en la actualidad
Tularosa, en la actualidad

LoopNet

Tina Cordova cuenta en The New York Times que su padre, habitante de Tularosa, tenía 4 años cuando estalló la bomba atómica. No se acuerda de nada, pero marcó su vida para siempre. Desarrolló tres tipos de cánceres diferentes para los que no tenía factores genéticos. Murió a los 71 años.

Cuatro generaciones de su familia han sufrido diferentes tipos de cánceres. La última, su sobrina de 23 años, estudiante de arte, a la que le han diagnosticado un cáncer de tiroides.

Warner la lía en Japón al promocionar el fenómeno Barbenheimer con memes graciosos y bombas atómicas rosas

Cordova ha puesto en marcha la fundación Tularosa Basin Downwinders Consortium, con el objetivo de que Estados Unidos reconozca a estas víctimas de la primera bomba atómica. 78 años después, el gobierno norteamericano aún no lo ha hecho.

En la guerra siempre hay víctimas prescindibles. En uno y otro bando. Los efectos de la primera bomba atómica de Oppenheimer son un dramático ejemplo. Tan terrible como eso, son los criterios por los que se decide que esas vidas sean prescindibles. Es un tema que nunca se trata en las películas. Lo que interesa es el objetivo final. Los daños colaterales raramente pasan a la historia.

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