No hay nada más triste que olvidar tus recuerdos. Por desgracia, no solo existen enfermedades que provocan pérdida de memoria, sino que a medida que uno cumple años suele ser habitual que esta se resienta. Es un proceso natural, por así decirlo, es cierto, ¿pero existen formas de retrasarlo todo lo posible? En realidad, sí. 

Existen algunas costumbres que pueden hacer que tu cerebro y todo lo que este genera funcione mejor o peor, y que sobre todo deberías evitar si quieres conservar la memoria. Te decimos algunas de las prácticas más importantes, que además no son especialmente difíciles ni complicada de llevar a cabo.

Cómo conservar la memoria

Es prácticamente inevitable que, cuando se envejece, se vaya perdiendo memoria. Pero incluso así, son muchos los especialistas que entienden esta como si se tratara de un músculo: si lo ejercitas, responderá mejor. Igual que uno no tiene la misma condición física con cincuenta años que con veinte, lo mismo sucede con la memoria, pero eso no quita que puedas cuidarla mejor o peor.

Una de las costumbres que debes quitar de tu rutina si quieres tener una memoria saludable, es la falta de sueño. En la sociedad actual es muy habitual que se intente abarcar todo, a nivel tanto profesional como de ocio, robándole horas al descanso. Pues bien, entre los muchos inconvenientes que esto trae consigo, está el de perjudicar a la memoria. 

¿Alguna vez has sentido que tenías la mente menos lúcida tras haber pasado una mala noche? Pues imagina si esto se convierte en costumbre. 

5 formas de mejorar tu memoria, según un neurocientífico

Además, la propia rutina y la monotonía son enemigos de la memoria. ¿Recuerdas algo que sucedió hace veinte años pero no lo que comiste ayer? 

Es natural, cuando entras en modo rutinario, el cerebro deja de esforzarse, y por lo tanto su capacidad se reduce, para entendernos, en muchos aspectos, también en lo que a conservar recuerdos se refiere. 

¿Quieres tener mejor memoria? Entonces no hagas siempre lo mismo. De esta forma incluso te dará la sensación de que el tiempo pasa más despacio. 

Cuidado con el exceso de esfuerzo

En cualquier caso, tampoco conviene confundir ejercitar el cerebro, o en este caso la memoria, con llevar a cabo un sinfín de tareas. Es más, esto supone por sí mismo otro inconveniente a la hora de recordar. Llenar la cabeza información, estando a mil cosas a la vez, obliga a la mente muchas veces a no ser capaz de retener nada: mejor céntrate en tus objetivos de uno en uno. 

Y por supuesto, también está la alimentación. Algunos estudios como los llevados a cabo por la Universidad de Harvard señalan que existen comidas que son sumamente perjudiciales para la memoria, sobre todo aquellos que se conocen como alimentos ultraprocesados, y que tienen un impacto significativo en ella. 

Seguir todos estos consejos no quiere decir que te vayas a convertir en un disco duro humano capaz de retenerlo todo, puesto que hay otros elementos que influyen, empezando por la genética (hay gente con mejor memoria que otra, y punto), pero sí pueden ayudarte a conservarla, en la medida de lo posible.