Un conductor norteamericano se empeñó en cruzar con el coche por el medio del tronco una enorme secuoya de 2.500 años de antigüedad. Un milenario árbol que nació antes que Jesucristo, pero que en nuestro infinito orgullo y falta de respeto por las demás especies, nos empeñamos en atravesar su tronco con el coche. Porque es divertido.

En defensa de este cuestionable conductor, si es que la tiene, hay que decir que un camino asfaltado atraviesa el propio tronco de la secuoya milenaria, así que no es el primero que lo hace.

 Pero como se ve en la foto o en el siguiente vídeo, el camino es extremadamente estrecho. Parece un paso para peatones o bicicletas, no para un coche. Aquí puedes ver la bochornosa secuencia:

Vemos cómo el coche se queda atascado en mitad del tronco de la secuoya, llamada The Shrine, El Santuario.

Tras unos segundos de intentar desencajarse moviendo el coche adelante y atrás, finalmente este conductor consiguió salir a lo bruto, llevándose por delante el espejo retrovisor, unos cuantos arañazos, y causando daños en la corteza del árbol.

Tal como nos cuenta AutoBild, el vehículo es un SUV, el Nissan Armada equipado con un potente motor V8 de 5.6 litros con 406 CV de potencia y 560 Nm de par, con una capacidad de arrastre de 3,85 toneladas. Hasta podría haber tirado el árbol...

Hablábamos al principio de la triple prepotencia del conductor que intentó atravesar el tronco de una secuoya de 2.500 años con el coche. Además de ello, no supo calcular el grosor del tronco ni el ancho de su coche. Y, finalmente... el Nissan Armada era alquilado.

Nos hubiese gustado ver cómo le contó a la empresa de alquiler, por qué al coche le faltaba el retrovisor, y estaba lleno de arañazos...