En los últimos años, la popularidad de las bicicletas eléctricas no ha hecho más que crecer. Cada vez son más los ciclistas que abandonan las bicicletas tradicionales, aunque estas siguen triunfando, y se decantan por las también conocidas como eBikes.

Para aquellos que aún no lo sepan, aunque más abajo os dejamos un vídeo explicativo, una bicicleta eléctrica, o eBike, es una bicicleta equipada con un motor eléctrico que te ayuda a pedalear y circular. El motor obtiene su energía de una batería recargable montada en la propia bicicleta. 

Para clasificarla como una eBike, el motor tiene que ayudarte en lugar de impulsarte por sí mismo. Por lo tanto, tienes que pedalear para obtener esa asistencia. Y es que, nos encontramos ante una evolución de la bicicleta tradicional.

Sin embargo y pese a su simpleza, que realmente existe, hay algunas cosas importantes que debes saber antes de subirte al sillín y comenzar a pedalear.

Existen diferentes tipos y no todos son iguales

No todas las eBikes pueden circular por carriles bici o carreteras convencionales. La mayoría de las ciudades tienen limitaciones específicas en cuanto a la velocidad y la potencia máxima del motor, por lo que es importante que sepas que existen 3 tipos muy diferenciados.

Clase 1: tienen una velocidad máxima de 25 km/h y sólo ofrecen pedaleo asistido, por lo que el motor eléctrico sólo se pone en marcha cuando pedaleas. Pueden circular por todos los carriles bici y caminos sin restricciones, como las bicicletas convencionales. 

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Clase 2: estas disponen de un modo de aceleración específico. Así, incluso si dejas de pedalear, el motor te ayuda a mantener el impulso hacia delante. Las bicicletas eléctricas de clase 2 tienen una velocidad máxima de 25 km/h.

Clase 3: estas ya son algo más rápidas y se permite una velocidad máxima de 45 km/h. Dentro de esta clasificación, las eBikes deberán tener un velocímetro. 

Por supuesto, los ciclistas de eBikes no pueden circular con sus bicicletas eléctricas por las aceras, y serán multados si se les descubre haciéndolo. Además, debes tener un certificado de circulación que te proporciona el fabricante de la eBike y la licencia o el seguro no son obligatorios. 

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Elige la que mejor se adapte a tus necesidades

Como en todo en la vida, cuando vas a comprarte una bicicleta nueva, primero debes saber cuáles son tus necesidades. Por ejemplo, si la vas a usar cada día para ir y volver del trabajo, es recomendable que esta tenga una buena batería que te asegure una larga duración.

Si la vas a usar para los fines de semana, busca bicicletas eléctricas con motores potentes que puedan circular por terrenos o caminos de montaña. Si lo que te importa es la velocidad, busca una eBike con una combinación de motor y batería que ofrezca mucha potencia, pero con una buena autonomía y duración de la batería.

Por lo tanto, lo primero que hay que hacer es encontrar una eBike que se adapte a su propósito y no comprarte la primera que sale de oferta.

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Empieza poco a poco

Conducir una bicicleta eléctrica es una experiencia diferente debido a las velocidades que se alcanzan. Incluso si estás acostumbrado a altas velocidades, una cosa es pedalear muy duro e ir rápido, pero es una sensación muy diferente que un motor te lleve a la velocidad que quieres con muy poco trabajo por tu parte. 

Si tienes un sistema basado en la cadencia, es cuando más cuidado debes tener. Algunos sistemas de asistencia basados en la cadencia te impulsarán a la velocidad tan pronto como empieces a pedalear. Esta es la forma más fácil de conducir en términos de esfuerzo físico, pero es a la que más cuesta acostumbrarse. 

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Es buena idea empezar en una zona llana y abierta. Haz que la bicicleta se mueva y, cuando te sientas estable y cómodo, activa la asistencia. Este proceso te ayudará a sentir que tienes el control a medida que se activa la asistencia. 

Asegúrate de que la asistencia eléctrica está en el ajuste más bajo y de que sabes dónde están los frenos. Cerciórate también de que sabes cuál es el freno delantero y cuál el trasero. 

Conoce bien los frenos y cómo funciona el sistema

Como decíamos antes, debes conocer a la perfección cómo funcionan los frenos. Las bicicletas eléctricas son más pesadas en comparación con las normales. Ese peso, combinado con velocidades más altas, hace que el frenado sea algo en lo que realmente hay que tener cuidado. Debes asegurarte de que sabes cómo se sienten los frenos de tu bicicleta y qué palanca de freno hace qué. 

Una de las primeras cosas que hay que saber con una bicicleta eléctrica nueva es qué tipo de frenos tiene. Los frenos de disco mecánicos se detienen gracias a un cable que tira de las pinzas para cerrarlas. Si tienes frenos de disco hidráulicos, la única conexión entre la palanca y la pinza es el líquido. 

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Lo siguiente que hay que comprobar es qué palanca es para la rueda delantera y cuál para la trasera. En frenadas poco agresivas, puede utilizar sólo el freno trasero, pero asegúrate de saber qué palanca controla cada freno. 

Ten especial cuidado con el tráfico 

El tráfico es un problema en cualquier tipo de bicicleta, pero en una bicicleta eléctrica puede serlo aún más. Los conductores tienen ciertas expectativas sobre las bicicletas y las eléctricas lo cambian todo. 

Los conductores toman decisiones en función del tiempo que creen que debe tardar una bicicleta en hacer algo. Las bicicletas eléctricas complican esta situación por ser más rápidas que otros ciclistas, pero también por la falta de atención a las señales, tanto por una parte como por otra.

Nada de esto es culpa del ciclista, pero sé consciente y es más probable que te evites algún que otro susto. Los consejos son los mismos independientemente del tipo de eBike. Si circulas con tráfico, asegúrate de que los conductores te vean y te dejen el espacio que necesitas para circular.