Cuando compras un móvil Android, no sólo viene con el sistema operativo, sino que además trae algunas aplicaciones y servicios como Google Play, YouTube, Google Music y similares. Son gratis, o no, ya que a partir de ahora en Europa las marcas tendrán que pasar por caja para instalarlas.

Aunque Android es Open Source, libre y gratis, las aplicaciones y servicios de Google no lo son. Por ahora han sido regaladas a los fabricantes de móviles y tablets porque a Google le salía mucho más rentable así, como una forma de captar nuevos usuarios. Sin embargo con la reciente multa millonaria recibida la cosa ha cambiado bastante.

La compañía ha anunciado que cobrará a los fabricante por la licencia de sus aplicaciones para Android en Europa, no como hasta ahora. De ahí espera Google sacar el dinero suficiente para pagar la multa que competencia le ha impuesto precisamente por preinstalar estos servicios en Android como algo obligatorio.

De acuerdo, pero ¿qué pasará ahora?

La pregunta lógica ahora es qué consecuencia tendrá para el usuario final esta medida tomada por Google, que casi puede calificarse como represalia.

En teoría, nos podemos encontrar ante dos potenciales escenarios, que dependen en buena medida de lo que las marcas que venden en Europa -prácticamente todas- quieran hacer:

• Dejar de instalar las aplicaciones de Google por defecto. Algunas de origen chino como Meizu ya lo han hecho en varios de sus dispositivos.
• Pasar por el aro y pagar la licencia necesaria para instalar apps como Gmail, Google Maps y sobre todo Google Play

Estos son los móviles Android de 300 euros o menos más vendidos en Amazon España

En el segundo escenario surge otra duda, y es si el precio de esta licencia va a repercutir finalmente sobre el precio de venta al público de los dispositivos o será asumido enteramente por las marcas. Podría significar un aumento aún por determinar en el precio de móviles, tablets y smartwatches.

Todo parece indicar que la Comisión Europea no va a retirar la multa a Google, aunque habrá que esperar para saber qué dicta la justicia de la UE. Hasta entonces, todo parece indicar que la compañía desarrolladora de Android pasará facturas a las marcas fabricantes de móviles, y quién sabe si a los consumidores.