La tarjeta gráfica, también conocida como GPU, es uno de los componentes más importantes de un ordenador, ya que es el encargado de procesar y renderizar imágenes, vídeos y los gráficos en pantalla. 

Asimismo, su funcionamiento es esencial en aplicaciones que requieren un alto rendimiento gráfico, como el diseño gráfico, el modelado 3D, la edición de vídeo y, por supuesto, en los videojuegos. 

Si te has comprado una nueva GPU para poder jugar tus juegos favoritos, pero has notado que no funciona correctamente, ya sea porque se calienta, no da imagen, se congela la imagen en tu ordenador o su funcionamiento es inestable. 

Antes de llamar al servicio técnico o aplicar la garantía, es importante que sigas algunos consejos para solucionar cualquier problema relacionado con este componente. Muchas veces, una mala configuración o conexión puede ser el culpable. 

Es por esta razón que te compartimos algunos métodos que puedes llevar a cabo si tu tarjeta gráfica está fallando y no funciona correctamente. 

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Cómo solucionar los errores más comunes de una tarjeta gráfica

• Comprueba que el monitor esté conectado a la GPU: Lo primero que debes hacer es asegurarte de que el cable HDMI o DisplayPort de tu monitor esté conectado correctamente al puerto adecuado. No lo conectes a los puertos de vídeo de la placa base, que suelen estar en la parte trasera de los ordenadores, tiene que estar conectado directamente a la tarjeta gráfica.
• Verifica los cables de corriente: Las tarjetas gráficas actuales tienen conectores de alimentación adicionales en el lateral, que se conectan a la fuente de alimentación del ordenador. Estos pueden tener 6 u 8 pines, dependiendo del modelo. Si no se conectan todos los pines necesarios, el componente puede tener problemas de rendimiento.
• Desconecta y vuelve a conectar la tarjeta gráfica de la placa base: Un posible problema que puede afectar al rendimiento de la GPU es que los conectores que la unen a la placa base no estén bien ajustados. Esto puede provocar fallos en la imagen o en el sonido. Para evitarlo, desconecta el ordenador de la corriente y después retira la tarjeta gráfica y vuelve a colocarla a la placa base.
• Desinstala drivers antiguos: Para evitar problemas de compatibilidad entre los controladores, es recomendable eliminar por completo los que ya no usas cuando cambias de tarjeta gráfica o modificas tu sistema. Una forma de hacerlo es usando programas como Display Driver Uninstaller (DDU), que te permiten hacer una desinstalación limpia.
• Verifica las temperaturas: El sobrecalentamiento puede ser un problema común con las tarjetas gráficas, lo que puede afectar su rendimiento. Para evitarlo, es vital controlar la temperatura de la GPU con programas especializados, que permiten ver en tiempo real si este componente está dentro del rango óptimo de funcionamiento. Otra opción es mejorar el sistema de ventilación de tu ordenador.

• Comprueba la configuración del BIOS: En algunos casos, el BIOS de la tarjeta gráfica puede estar desactualizado o haber sido modificado, lo que puede causar problemas de funcionamiento. Verifica la versión de la BIOS de tu tarjeta y actualízalo si es necesario para garantizar la compatibilidad.
• Instala un nuevo juego: Algunos juegos pueden no ser compatibles o estar mal optimizados para tu tarjeta gráfica. Si experimentas problemas con un juego en particular, prueba ejecutar o instalar otro juego para ver si el problema persiste. 
• Cambia la configuración de Windows: Algunas características de Windows, como el Modo Juego, pueden interferir con el funcionamiento de tu tarjeta gráfica. Te recomendamos que explores las opciones de configuración del sistema operativo y que pruebes diferentes combinaciones para ver si alguna de ellas mejora el rendimiento de tu tarjeta gráfica.
• Otros componentes están afectando el rendimiento de la GPU: En algunos casos, el mal funcionamiento de la tarjeta gráfica puede deberse a otros componentes de hardware que no están actualizados. Por ejemplo, la CPU, la RAM o la fuente de alimentación pueden provocar cuellos de botella o conflictos que afecten al rendimiento de la tarjeta. Te recomendamos que compruebes y actualices estos componentes si las soluciones anteriores no te han servido de mucho.

Para solucionar los problemas de tu tarjeta gráfica, es necesario realizar una serie de acciones que te ayuden a diagnosticar y corregir el fallo. Lo primero que debes hacer es comprobar que los cables que conectan la tarjeta al monitor y a la fuente de alimentación estén bien ajustados y en buen estado. 

Luego, debes asegurarte de que los controladores de gráficos estén actualizados a la última versión disponible, ya que esto puede mejorar el rendimiento y la compatibilidad de tu GPU. 

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Por último, debes revisar otros componentes de hardware que puedan estar afectando al funcionamiento de la tarjeta gráfica, como la memoria RAM, el procesador o la placa base. Con todo esto, podrás optimizar el uso de tu tarjeta gráfica y evitar problemas de rendimiento.

Sin embargo, si nada de lo anterior te ha funcionado o no ha solucionado el problema, es posible que haya un error de hardware con tu GPU. En este caso, es crucial que contactes con el servicio técnico del fabricante de tu tarjeta.