La inteligencia artificial ha avanzado a pasos agigantados en los últimos años, creando soluciones innovadoras y mejorando miles de aspectos de la vida —y todo lo que queda por llegar—.

Sin embargo, a pesar de los grandes logros, esta aún se enfrenta a limitaciones importantes que restringen su capacidad de replicar por completo la inteligencia humana. Por así decirlo, no es omnipotente y tiene fallos o no es capaz de hacer cualquier cosa por la sociedad.

Son precisamente estos aspectos a los que aún no ha conseguido llegar los que deben conocerse por parte de las empresas, los legisladores y las personas, ya que ayuda a establecer expectativas realistas con respecto a esta tecnología y garantiza que se aproveche el potencial de la IA de manera lógica sin irse por las nubes.

Las siguientes limitaciones que se mencionan en este reportaje demuestran que la IA todavía tiene un camino bastante largo por recorrer para igualar completamente la inteligencia y las capacidades humanas. 

¿Hasta dónde ha llegado la inteligencia artificial? Entender los límites

Comprender el contexto

En primer lugar, la falta de comprensión contextual es una limitación clave en la IA. Aunque los modelos pueden analizar grandes cantidades de datos, a menudo tienen dificultades para captar el contexto y la interpretación completa de la información, lo que limita su capacidad para comprender el significado sutil detrás de textos o situaciones complejas.

Además, la IA a menudo lucha con el razonamiento fuera de contexto. Aunque puede aprender patrones y reglas a partir de datos, le resulta difícil aplicar ese conocimiento a situaciones nuevas o diferentes. Por así decirlo, aún le falta flexibilidad.

"Los sistemas de IA son tan buenos como los datos utilizados para entrenarlos, y estos datos pueden estar incompletos o sesgados. Esto significa que los sistemas de IA pueden estar equivocados al predecir los resultados, lo que puede conducir a errores peligrosos o costosos", explica Óscar Castillo, Responsable global de la práctica de BigData & IA.

Los expertos opinan: ¿está alcanzando la inteligencia artificial las capacidades humanas?

El sentido común

Esta habilidad que tienen todos los humanos también es un gran problema para la IA. La comprensión intuitiva y el conocimiento general que los humanos poseen pueden ser difíciles de replicar. Esto al final en lo que se traduce es en respuestas incoherentes o ilógicas en situaciones o conversaciones donde debería aplicarse.

“La falta de sentido común es evidente en situaciones donde los humanos aplicarían intuición y conocimientos generales para tomar decisiones, lo que resalta la necesidad de seguir investigando en este ámbito”, añade Óscar Castillo.

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Creatividad y pensamiento abstracto

La creatividad y el pensamiento abstracto son otras áreas en las que la IA todavía tiene problemas. Aunque se han logrado avances en la generación de música, vídeo so incluso obras de arte, la capacidad de la IA para generar ideas innovadoras y realizar pensamiento abstracto en la medida en que lo hacen los seres humanos es imposible. 

Si te das cuenta eres tú el que da las indicaciones a la IA sobre qué debe generar. Tú pones la “creatividad base” en esos casos.

“Son a menudo cajas negras que son difíciles de entender y explicar. Esto significa que puede ser difícil entender por qué un sistema de IA tomó una decisión particular, lo que puede llevar a algunos a la desconfianza”, explica el experto.

Comprensión del lenguaje

Aunque los sistemas de IA han progresado en el procesamiento del lenguaje natural, aún enfrentan desafíos para entender plenamente el significado y la intención detrás de las palabras en diferentes contextos. Esto puede llevar a malentendidos y respuestas inexactas.

No tiene conciencia ni emociones

Por último, la falta de conciencia y emociones es un fallo, por así decirlo, clave de la inteligencia artificial. 

Aunque los sistemas de IA pueden reconocer y procesar emociones humanas hasta cierto punto, carecen de una verdadera conciencia y experiencia subjetiva. No tienen una comprensión personal de sí mismos ni del mundo que los rodea, lo que limita su capacidad para interactuar y comprender plenamente el entorno.

Como puedes ver, aún queda mucho trabajo por hacer y pese a que actualmente saltan voces de extinción o reemplazo humano en sus puestos de trabajo a nivel global —que tampoco puede negarse—, todavía faltan bastantes años para eso. Esperemos que para entonces estos potenciales peligros estén resueltos y legislados.