Hace escasos días el mundo se quedó con la boca abierta al conocer el despido fulminante, por parte del consejo, del CEO de OpenAI, Sam Altman. El consejo de administración le achacó falta de coherencia en sus comunicaciones y obstrucción a su capacidad para cumplir con sus responsabilidades, perdiendo la confianza en su liderazgo. 

Sin embargo, como siempre, la vida vuelve a sorprender a todos y la guinda del pastel a este culebrón es que finalmente Altman regresará como director ejecutivo de OpenAI, marcando el giro a esta historia que muchos estaban esperando. 

Este precipitado regreso surge después de un acuerdo que establece lo que Sam Altman puso como requisito para volver: despedir a la junta y nombrar caras nuevas. En este caso estará compuesta por Bret Taylor, Larry Summers y Adam D’Angelo, con la posibilidad de que esta se expanda a nueve miembros.

La duda que ahora muchos tienen es qué ha ocurrido realmente para que este despido se sucediese tan rápido. Multitud de especulaciones han surgido alrededor de la figura de Altman, que ni siquiera el CEO de Microsoft, Satya Nadella, conoce, pero parece que hay una en concreto que está ganado mucha fuerza.

Una carta alertando de un peligro y un proyecto llamado Q* podrían haber sido el motivo de despido de Sam Altman

Antes de este despido y tal y como confirma la propia empresa a Reuters, una carta de varios investigadores llegó a la junta, alertando sobre un descubrimiento relacionado con la inteligencia artificial que podría amenazar a la humanidad.

El proyecto en cuestión, denominado Q* —pronunciado como Q-Star—, se posicionaba como un enorme avance en la búsqueda de la inteligencia artificial general (AGI). Aunque la carta no detallaba las preocupaciones de seguridad, se citó como un factor en la decisión de destituir a Altman, quien había liderado el crecimiento de OpenAI con ChatGPT.

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En este caso, el proyecto demostró grandes resultados en la resolución de problemas matemáticos que, teniendo en cuenta que tienen una única respuesta correcta, sugiere un mayor razonamiento, acercándose a la inteligencia humana.

Al parecer, esta misteriosa carta ponía en relieve las capacidades y el potencial peligro de la IA, aunque no se especificaron preocupaciones exactas. Precisamente esto es algo que, en cierta forma, Altman dejó entrever la semana pasada en una cumbre de líderes mundiales en San Francisco.  

"Cuatro veces en la historia de OpenAI, la más reciente fue en las últimas dos semanas, he estado en la sala, cuando en cierto modo empujamos el velo de la ignorancia hacia atrás y la frontera del descubrimiento hacia adelante, y "Poder hacer eso es el honor profesional de mi vida", dijo. 

Precisamente fue después cuando la junta decidió que Sam Altman debía desaparecer por completo de OpenAI. Ahora las dudas son: ¿Continuará el proyecto que tenía entre manos? ¿Qué tan peligroso es como para despedirle?