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¿Son las máquinas más inteligentes que los humanos o solo expertas en el arte del engaño?

Máquinas más inteligentes que los humanos

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Foto del redactor Carolina González ValenzuelaFoto del redactor Carolina González Valenzuela

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El avance de la inteligencia artificial ha llevado a las máquinas a ser capaces de imitar el lenguaje y comportamiento humano de forma increíble. Es por ello que se explora —con ayuda de un experto— si esto implica una verdadera inteligencia o simplemente es el resultado de su gran y mejorada habilidad para engañar a la sociedad.

Alan Turing, uno de los visionarios pioneros de la computación y precursor de la inteligencia artificial, pensó en un futuro en el que máquinas ya realmente avanzadas desdibujarían la línea entre humanos y su propia naturaleza. 

Esta idea ha cautivado el mundo de la literatura y el cine en muchas ocasiones, explorando escenarios donde la sutil distinción entre la inteligencia humana y artificial se desvanece —siempre con resultados bastante negativos para las personas—.

La habilidad de la inteligencia artificial para superar el Test de Turing y replicar el lenguaje humano plantea interrogantes sobre la esencia de su inteligencia: ¿Podrían las máquinas llegar a ser verdaderamente conscientes o solo grandes impostoras?

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Primero es necesario partir de la base de conocer en qué se diferencia la inteligencia humana de la inteligencia de las máquinas

Según explica para Computer Hoy Josué Pérez Suay, especialista en inteligencia artificial y ChatGPT, "la inteligencia Humana es el resultado de miles de años y está profundamente arraigada en nuestra biología. Se desarrolla a través de experiencias, aprendizaje y socialización. Por otro lado, la inteligencia de las máquinas es diseñada y programada por humanos. Su "inteligencia" se basa en algoritmos, datos y patrones.

"Mientras que la inteligencia humana es adaptativa, emocional y basada en la experiencia, la inteligencia artificial es lógica, consistente y basada en datos. Ambas tienen sus propias fortalezas y debilidades, y la interacción entre ambas es un área de investigación y debate continuo", añade.

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Sin embargo, las redes antagónicas generativas (GAN) como las que potencian herramientas como DALL-E son un ejemplo de cómo la inteligencia artificial ha perfeccionado el arte del engaño. Estas pueden generar caras humanas indistinguibles de las reales, pero no porque hayan comprendido la naturaleza humana, sino porque han aprendido a satisfacer lo que la persona solicita.

Esto pone sobre la mesa la importancia de analizar más allá de la capacidad de imitación y profundizar en la verdadera naturaleza de la inteligencia, evitando así un potencial peligro de cara al futuro.

Tal y como se explica en un reportaje de The Conversation, es sorprendente cómo la inteligencia artificial se asemeja a los psicópatas en ciertos aspectos. Ambos pueden imitar comportamientos y características humanas sin sentir empatía ni tener emociones. 

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La frontera entre la inteligencia artificial y la inteligencia humana sigue siendo difusa

"La toma de decisiones éticas sigue siendo un dominio en el que los humanos tienen una ventaja significativa, aunque la colaboración entre humanos y máquinas puede ofrecer soluciones más robustas y bien informadas en muchos campos", comenta el experto.

"Aunque la IA puede superar a los humanos en tareas específicas, esto no significa que sea "mejor" en un sentido general. La IA es una herramienta que, cuando se utiliza correctamente, puede complementar y mejorar las capacidades humanas en muchas áreas. Sin embargo, en términos de comprensión general, empatía, razonamiento moral y otras cualidades humanas, la IA todavía tiene limitaciones significativas", explica Josué Pérez Suay.

Pese a todo esto, no cabe duda de que la inteligencia artificial presenta grandes desafíos éticos, jurídicos y sociales que requieren la atención de todos. Como sociedad, se debe ejercer el control sobre el desarrollo de esta tecnología para asegurarse de que se utilice en beneficio de la humanidad y no se convierta en una amenaza.

Establecer límites éticos y legales será esencial para mitigar riesgos y garantizar una coexistencia armoniosa entre humanos y máquinas.

"Aunque es teóricamente posible que la IA alcance o supere la inteligencia humana en el futuro, hay muchas incertidumbres, desafíos y consideraciones éticas asociadas con este prospecto. La comunidad científica y tecnológica continúa debatiendo y explorando este complejo tema", añade el experto.

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Si todavía te quedan dudas, la respuesta a la pregunta "¿Son las máquinas más inteligentes o simplemente son capaces de engañar mejor?", es que la inteligencia artificial actualmente es capaz de engañar con una alta precisión en ciertos aspectos, especialmente en replicar el lenguaje humano y en imitar comportamientos y características humanas. 

Sin embargo, esto no implica que las máquinas sean más inteligentes que los seres humanos en términos de comprensión, razonamiento o conciencia.

A todo esto hay que añadir que "es importante señalar que incluso si la IA alcanza una capacidad comparable a la humana, no necesariamente "pensará" o "sentirá" de la misma manera que los humanos. Su "inteligencia" podría ser fundamentalmente diferente en naturaleza", finaliza el entrevistado.

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Redactora de Tecnología, especializada en inteligencia artificial y ciberseguridad.

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