En los años 80 vimos cómo la llegada del Walkman hizo posible que la gente pudiera llevar la música consigo en plena calle. Durante los años 90 vimos la evolución de ese concepto con los reproductores de CD portátiles.

Hubo también ciertos intentos por parte de Sony y su Minidisc pero pasó sin pena ni gloria por el mercado de reproductores portátiles y os habla un feliz comprador de un reproductor / grabador. Pero ciertamente no tuvo un volumen suficiente de penetración en el mercado.

Parte de la culpa  la tuvo el Instituto Fraunhoffer que en 1995 empezó a utilizar la extensión .mp3 en 1995 para los archivos de audio comprimidos bajo su códec MPEG-I Layer 3. De esta manera se facilitaba la compresión y descompresión para poder tener música en calidad equivalente a CD y poder descargarla por Internet sin tener que requerir mucho ancho de banda.

Aplicaciones como Winamp vieron la luz y ofrecían soporte de descompresión de MP3, ecualización y mucho más. Veíamos, ya por aquél entonces, aunque de lejos la llegada de nuestra biblioteca musical al ordenador. 

Tampoco hay que dejar de lado la historia P2P y la popularidad de aplicaciones como Napster que llegó en 1999 como una de las soluciones alegales para conseguir recibir música. Y si bien ya habíamos visto reproductores de MP3 portátiles por aquél entonces y seguro que más de uno guarda alguno por un cajón todavía... en el año 2001 llega el iPod y da un golpe sobre la mesa dejando claro  el rumbo que seguiría la industria musical.

iPod una revolución en la música portátil y la industria

En octubre de 2001 tuvo lugar una keynote de Apple, de las que dejaron huella, con un espléndido Steve Jobs. En ella presentó iPod como concepto y evolución de los reproductores de CD y mejora drástica de los reproductores de MP3 del momento.

Hablamos de un dispositivo que tenía 5 GB de capacidad, en disco duro en este primer modelo, que cargaba en caché la canción completa y se evitaba el típico skipping que sucedía con los reproductores de CD cuando había cualquier vibración.

Rondando el año 2000 los reproductores de MP3 eran algo muy popular, desde el primero de éxito comercial el Rio PMP300 que venía con 32 MB de memoria y una ranura para tarjeta externa adicional. Funcionaba con una pila AA y la autonomía era de alrededor de 8 horas.

Con esos 5 GB, Steve Jobs prometía en su presentación la, por aquel entonces, friolera de 1.000 canciones con un bitrate de 160 kbps, superior a CD. Y bueno, en cuestión de autonomía, permitía una reproducción de hasta 10 horas.

Apple utilizó el sistema de conexión Firewire debido a que el estándar USB estaba muy verde y el ancho de banda era muy bajo. Apple podría llenar su memoria en 10 minutos, mientras que por USB requeriría 5 horas.

Las siguientes versiones de iPod siguieron aprovechando lo último en tecnología como es la inclusión de memoria flash de última generación, pantallas a color y la miniaturización posible gracias al avance tecnológico.

Zune: Microsoft solo consiguió un cambio de diseño del segmento

Microsoft llegaba tarde a esta revolución en la música portátil, 5 años después de la llegada del primer iPod lanzaron su Zune el 14 de septiembre de 2006.

No había alternativas a iPod que ofrecieran esas posibilidades. Hubo muchos modelos, modelos económicos y directamente en formato pendrive, que se conectaban por USB, pero ninguno que pudiera llegar a ofrecer esas posibilidades de iPod.

El modelo original Zune tenía 30 GB de capacidad, recepción de radio FM, una pantalla de 3 pulgadas y un menú muy completo que marcaría la línea para siguientes dispositivos. Podría compartir listas de reproducción e imágenes con otros Zune por WiFi.

No fue hasta el año siguiente cuando vieron la luz los dispositivos Zune 4, 8 y 80 con soporte de control táctil similar a iPod.

Evidentemente no fue el único reproductor MP3 que llegó en este tiempo, pero quizá sí que fue la apuesta más fuerte para hacer frente a iPod y iTunes. 

Sin embargo, visto con tiempo y distancia: fue un producto que llegó tarde, dos años después vivimos la revolución de los smartphones con soporte de MP3 integrado y Microsoft ni con el servicio Zune Pass ni tampoco con el soporte de Windows y de actualizaciones fallidas de firmware consiguieron tracción en el mercado.

iTunes Music un antes y un después que salvó la industria musical

Retomemos  el lanzamiento de iPod, año 2001, y demos un paso a atrás para ver en perspectiva el panorama del momento.

Estamos ante la época dorada del P2P y pirateo, la llegada de Napster, eDonkey y aplicaciones similares que la mayoría de usuarios de Internet utilizaba para intercambiar archivos.

La venta de CDs bajaba y las grandes discográficas empezaban a ver un declive en su negocio cuando empezó a nacer el concepto de venta digital de música. No vendían un soporte físico, sino una versión digital que la gente podía descargar de Internet.

Aquí es donde iTunes marcó la diferencia. En 2003 Apple lanzó este servicio que permitía la compra de canciones sueltas a 0,99 centavos de dólar y 9,99 dólares el disco completo.

Fue un antes y un después ya que lo que hasta entonces la gente pirateaba tuvo una alternativa viable y de precio razonable. Se ayudó a generalizar la idea de comprar música de forma digital y apoyar a los artistas a seguir creando.

La dicotomía del momento de tener canciones con DRM compradas y las que tenías como "copia de seguridad" de tus CDs (y mucha gente descargadas mediante P2P) hizo que Apple plantease un servicio de "legalización" de esas canciones. Así vio la luz, iTunes Match en 2012.

Este servicio te permitía subir tus canciones a iCloud y Apple las reconocía y te daba una versión de calidad 256 Kbps AAC de la misma canción que podías descargar.

Sin embargo, ya estamos en una época en la que estábamos viendo nacer la siguiente evolución en el mundo del consumo de música portátil, el streaming. Spotify vio la luz en 2008 y empezó a ganar tracción hasta el punto que hoy sigue siendo uno de los servicios más utilizados.

Servicios de streaming de música son el presente

Aquí tenemos muchos jugadores en escena, pero quienes crearon el germen fue una empresa sueca en 2006, Spotify, al ser capaces de desarrollar un sistema de streaming en tiempo real, no necesitaba descargarse la canción completa, sino que dabas al botón play y empezabas a reproducir la canción en tu ordenador sin ningún tiempo de espera.

Evidentemente la expansión de conexiones de Internet de alta velocidad como ADSL hicieron posible que estas nuevas tecnologías vieran la luz.

Hoy día tenemos Spotify, pero hay muchas más propuestas como la evolución natural del modelo de iTunes: Apple Music, Amazon Music, YouTube Music, SoundCloud o Tidal, entre otros con distintas opciones de suscripción (alguno con modelo gratuito) e incluso el soporte para música Hi-Res y calidad máster, algo impensable en los años 2000.

Hoy día tenemos acceso a estos servicios en nuestros móviles gracias a la conectividad 4G y 5G e incluso podemos descargar para escuchar sin conexión nuestras canciones favoritas.

Muchos son los artistas que se quejan de que pese a tener millones de reproducciones en estos servicios, tienen unos royalties muy bajos y que si no fuera por los conciertos, no les merecería la pena hacer música. 

Pero bueno, ese es otro tema: el futuro de la industria musical y el anticuado modelo de negocio de las compañías discográficas así como la llegada de la IA a este segmento artístico.