Las aulas de las escuelas siempre han sido un caldo de cultivo para las nuevas tecnologías y tendencias. No todas son beneficiosas para el ambiente educativo y algunas pueden llegar a ser peligrosas. Es el caso de Flipper Zero o Tamagotchi para hackers.

Recientemente, Flipper Zero ha comenzado a aparecer en los colegios, suscitando preocupaciones significativas entre padres y educadores a causa de la ciberseguridad.

Se trata de un dispositivo multifuncional que inicialmente ganó popularidad como una herramienta de hacking ético, ahora se encuentra en manos de los estudiantes. Su capacidad para interactuar con una variedad de tecnologías, desde manipular señales RFID y NFC hasta intervenir en sistemas de comunicación inalámbrica, lo convierte en un riesgo potencial en el entorno escolar.

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No es difícil imaginar una clase donde los móviles comienzan a sonar o apagarse mientras otros sistemas electrónicos se ven interrumpidos. Estos no son problemas técnicos aleatorios, sino el resultado de un estudiante utilizando un Flipper Zero para realizar bromas.

Peor aún, para comprometer la seguridad de los dispositivos de sus compañeros. Esta situación no es solo una molestia, sino una violación directa de la privacidad y la seguridad. Y ya hay escuelas donde comienzan a preocuparse.

Hay que recordar que Flipper Zero tiene un radio de acción pequeño, unos 50 metros, y que su ataque más común es spamear contenido por Bluetooth por lo que generalmente apagar la conexión bluetooth es suficiente para evitar sus ataques.

Flipper Zero llega a las escuelas americanas

Ese ha sido el caso de una escuela de Tennessee, dónde Flipper Zero se ha convertido en una herramienta problemática dentro del ámbito escolar. Este dispositivo cabe en la palma de una mano, así que es difícil detectarlo.

Según fuentes de la escuela recogidas por WSA, un estudiante utilizó este dispositivo para apagar algunos teléfonos en un aula. La administración escolar actuó rápidamente, sancionando al estudiante, aunque aseguró que la red del centro no fue comprometida.

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El uso del Flipper Zero en las escuelas plantea una compleja cuestión ética y legal. Mientras que su uso puede ser un medio valioso para enseñar sobre tecnología y ciberseguridad, el potencial para el abuso y la interrupción es innegable. 

Los educadores y padres se enfrentan al desafío de equilibrar la educación tecnológica con la seguridad y el respeto por la privacidad. La llegada de Flipper Zero a las escuelas es un tema delicado que requiere una consideración cuidadosa, todavía no ha llegado a los centros educativos de España, pero no tardará mucho en hacerlo.