Aunque pueda resultar un símbolo muy habitual en el correo, la arroba (@) no era habitual hasta que Roy Tomlinson, un ingeniero estadounidense, la popularizó en la década de los años 70.

El trabajo que le había encomendado el ejército de Estados Unidos a Tomlinson era el de arreglar un sistema operativo para que todos pudieran enviar comunicaciones, al igual que ya hacían los militares.

Se puede decir que este es el origen del correo electrónico, pero no sería hasta la llegada de Microsoft a finales de los 80 que la compañía lanzaría un formato comercial denominado Microsoft Mail, que alcanzaría su punto más álgido con la llegada del nuevo milenio.

Precisamente, durante esa época comienzan a aparecer servicios de correo electrónico más afinados, como Gmail, de Google, que a día de hoy cuenta con un 30% de la cuota de mercado global, con aproximadamente 2.000 millones de usuarios mundiales.

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Una idea que, en un principio, no agradó a muchos integrantes del equipo de Google, pero que acabó dando sus frutos gracias al apoyo de Larry Page y Sergey Brin, cofundadores de Google, a este proyecto desarrollado por Paul Buchheit, empleado número 23 de la compañía.

Así ha evolucionado la web de Gmail, desde su origen hace ya casi 20 años.

Almacenamiento ilimitado para derrotar a la competencia

Para comenzar con el proyecto, Google contactó con Buchheit, que había descartado en 1996 un webmail por aburrimiento. Pero cuando la gran tecnológica se puso en contacto con él, la idea retomó fuerza en su cabeza, y se puso manos a la obra.

En agosto de 2001, comienza así el desarrollo de Gmail, una herramienta de correo electrónico que acabaría por desbancar a Yahoo! Mail y a la aplicación de Microsoft, Hotmail –la que después se convertiría en Outlook–.

Como novedad, y dando fe de la genialidad de Buchheit, este pensó que la bandeja de correo podía resultar algo liosa, así que agregó un motor de búsqueda a Gmail, una característica que ningún competidor tenía.

A ello se sumó la intención de que los usuarios nunca tuvieran que borrar ningún correo –benditos tiempos aquellos–, así que Gmail ofreció durante su inicio oficial en Beta, en 2004, hasta 1 gigabyte de capacidad de almacenamiento.

Una cifra que, de nuevo, la competencia ni tan siquiera igualaba. Pero Google tenía un problema fruto de la adopción masiva de Internet, y que crecería con el tiempo: los servidores podían terminar colapsando con tal volumen de datos.

No obstante, "a grandes males, grandes remedios", como suele decirse, y Google apostó por ofrecer el servicio con invitaciones limitadas, algunas de las cuales llegaron a subastarse en eBay por cientos de dólares.

Así se veía la bandeja de entrada del correo electrónico de Google en 2004, aún en fase Beta.

Pero Google aún tendría buenas nuevas para los usuarios de Gmail, que llegaban asombrados por la capacidad de almacenamiento que permitía. De esta forma, para 2005 el correo electrónico ya permitía almacenamiento gratuito de 2 gigabytes, un valor único.

Por si fuera poco, la tecnología de almacenamiento en la nube continuaba creciendo imparable y era habitual que los usuarios ya contaran con un ordenador personal o que visitaran los locutorios para navegar o jugar en compañía.

En este sentido, el método de acceso por invitaciones fue desterrado definitivamente el 14 de febrero de 2007 –cuando aún seguía en Beta–, una especie de regalo de San Valentín para el conjunto de internautas, que vieron llegar la versión oficial de Gmail para móvil ese mismo año.

Parecía que Google había dado en el clavo con varios de sus servicios, como ocurrió con YouTube en 2005 y como estaba ocurriendo desde antes con su correo electrónico. Aunque no todo iba a ser coser y cantar...

Gmail, una más de Google

La idea de Google tras los lanzamientos de estos 25 años no ha sido otra que la de terminar integrando todos sus servicios bajo un paraguas inigualable y, en varias ocasiones, acusado por esto mismo de querer copar el mercado con prácticas monopolísticas.

Más allá de eso, los pasos que Google dio con Gmail fueron en esta dirección: crear un correo conectado a sus aplicaciones estrella, desde Drive hasta otras ya desaparecidas.

En 2011, Gmail permite utilizar una nueva funcionalidad, las conversaciones, y tan solo un año después volvió a la carga, otra vez, con un aumento de la capacidad de los buzones del correo electrónico hasta los sorprendentes 10 gigabytes de capacidad.

Ahora bien, este valor tenía una pequeña trampa, ya que en abril de 2012 Google unificó esta capacidad para sus diferentes servicios, Drive, Gmail y Google Photos+, aunque se aumentó al año siguiente a los 15 gigabytes.

Desde ese entonces, la capacidad de la cuenta de Google es la misma para todos sus servicios y, curiosamente, esos 15 gigabytes han sido los que se han quedado para cada plan por defecto. Han pasado 10 años ya y Google aún sigue ofreciendo un almacenamiento escaso para la actualidad.

Durante los años siguientes, Gmail siguió implementado nuevas funcionalidades como las que se vieron en las pestañas, que cambiaron con el paso del tiempo. Pero el verdadero cambio llegó en 2018.

Podría decirse que este fue un año de renovación absoluta para Gmail, que actualizó completamente la interfaz de usuario, se integró para siempre con otras aplicaciones de Google y se mejoraron varias funciones de seguridad.

A día de hoy, Gmail sigue mejorando sobre todo sus políticas de privacidad y seguridad, 2 ámbitos en los que ha sido criticado Google. Pero vista la evolución de Gmail, se abre una nueva pregunta: ¿Volverá Google a incrementar su capacidad de almacenamiento de forma gratuita? 

Ese fue su principal reclamo en un principio, duplicando la capacidad en apenas un año, aunque también lo fue su motor de búsqueda, algo en lo que Google podría haberse quedado algo obsoleto. 

Así lo expresó el mismísimo Buchheit, quien da 2 años de vida más a Google, debido a que los motores de búsqueda quedarán obsoletos ante la llegada de la IA. Él creó el motor de búsqueda de Gmail, así que podría no estar muy equivocado.