De todas las opciones que actualmente ofrecen los principales navegadores, está claro que el modo incógnito de los mismos es uno de los más populares. Cada día, un gran número de usuarios lo utilizan para no dejar constancia de sus búsquedas por Internet, como sucede con el modo incógnito de Google. 

No obstante, ¿es realmente así? ¿Hasta qué punto un modo incógnito garantiza privacidad por encima de todo? ¿Cuál es el rastro que dejas incluso utilizando una de estas alternativas? Y lo que es aún más importante, ¿quién puede acceder a él? 

A todas estas preguntas intentaremos dar respuesta a lo largo de este artículo, deteniéndonos en los detalles que más podrían preocuparte en realidad como usuario.

Qué es el modo incógnito de Google y para qué se utiliza

Google Chrome es uno de los navegadores que más gente utiliza diariamente. Una apuesta aparentemente segura, como tantos otros servicios del gigante tecnológico. Dentro de él, el modo incógnito parece generar confianza entre muchos usuarios, pero también algunas dudas que acostumbran a quedarse en el aire. 

Cuando entras en el modo incógnito de Google, así como en el de otros similares, no guarda registros en tu equipo de los lugares web que visitas, ni de las búsquedas en Internet o las cookies. 

Y lo mismo sucede cuando el proceso se lleva a cabo desde un teléfono móvil o una tablet, puesto que el funcionamiento es el mismo. 

Se trata de una alternativa interesante si, por ejemplo, compartes un equipo en un puesto de trabajo, con otra persona en casa, la familia y ese tipo de cosas. No obstante, aunque en un plano sencillo sí pueda decirse que el modo incógnito de Google es “invisible”, tampoco sucede del todo así en realidad. Hay gente que puede verlo. 

¿Quién puede ver tu navegación cuando usas el modo incógnito de Google Chrome?

Mucha gente utiliza con frecuencia el modo incógnito de Google pensando que de esta forma su navegación por Internet pasa desapercibida. Como hemos visto en el apartado anterior, en muchos sentidos puede decirse que es así, pero no en todos. 

En el caso de los proveedores de Internet (conocidos como ISP en inglés), hay que aclarar que estos sí guardan un registro de los lugares a los que se accede. Lo que viene a significar que, mediante los datos que se envían y se reciben, es fácil comprobar tu historial de navegación. Por ejemplo, queda bien reflejado cuando abres un vídeo y ese tipo de detalles. 

En un sentido práctico, conviene ser prudentes a la hora de usar el modo incógnito de Google desde un equipo que no es el tuyo como el del trabajo. En estos casos concretos, la persona que administra la red puede acceder fácilmente a ver tus pasos. Algo que es importante tener en cuenta, sin ir más lejos, en los puestos de trabajo. 

Viéndolo todo en perspectiva, nuestra conclusión es clara: el modo incógnito puede ser un buen aliado si simplemente no deseas dejar evidencias de tus conexiones al compartir un equipo con alguien, como si borraras el historial después, para entendernos. 

Por el contrario, alguien puede igual monitorizar tus acciones mediante la IP del ordenador que uses. Y en la web, tampoco nada garantiza que no quede constancia de lo que has hecho durante tu navegación.