Desde la infancia hemos aprendido a atarnos los cordones de las zapatillas, pero a lo largo de los años, muchas personas se han preguntado si lo han estado haciendo correctamente. Resulta curioso cómo un acto aparentemente simple, puede generar dudas.

Atarte los cordones es una habilidad que se aprende desde una edad temprana. A medida que creces, te vuelves más independiente y adquieres destreza en el manejo de tus zapatillas. Sin embargo, es sorprendente cuántas personas, incluso en la edad adulta, siguen preguntándose si están atando los cordones de manera adecuada. 

Hay diferentes tipos de nudos que se pueden utilizar al atarse los zapatos, no se trata únicamente de juntar los cordones y darles un par de vueltas. 

Existen técnicas específicas que pueden hacer la diferencia entre un nudo bien ajustado que permanecerá en su lugar durante todo el día y uno que no resistirá demasiado. 

Esta es la manera correcta de atarse las zapatillas

Entre los nudos más comunes se encuentran el nudo de arrecife y el nudo de abuela, pero, ¿qué los diferencia?, ¿qué hace que un nudo sea bueno y otro malo?

Afortunadamente, hay secretos matemáticos que sustenta la manera correcta de atarse las zapatillas, que se representan en tres pasos clave, los cuales vamos a explicar tras el salto. 

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Paso 1: Cruza y pliega

Uno de los pasos más fundamentales para atar los cordones es cruzar y plegar. Este paso consiste en tomar los dos extremos de los cordones de tus zapatillas y cruzarlos entre sí, pero debes asegurarte de que los cordones estén tensos para garantizar un nudo firme.

Después de cruzarlos, lleva uno de los extremos del cordón por debajo del otro y hala hacia arriba, este movimiento creará una base para el siguiente paso, que es hacer un lazo con uno de los lados. 

Algunas personas prefieren cruzar el cordón izquierdo sobre el derecho, mientras que otras optan por hacerlo al revés. Al final, lo importante es asegurarte de que los cordones estén entrelazados de manera segura. 

Paso 2: Hacer un lazo con uno de los dos lados 

Una vez que hayas finalizado el primer paso, es el momento de crear un lazo. Sujeta uno de los extremos del cordón y forma un bucle con él. Puedes hacerlo pasando el cordón por encima de sí mismo y sujetándolo para dar forma al lazo.

Es crucial mantener el lazo firmemente sujeto para evitar que se deshaga en el siguiente paso. Al hacer un lazo con uno de los extremos del cordón, estarás construyendo una estructura que se convertirá en una parte fundamental del nudo final.

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Paso 3: Envuelve el cordón sin bucle alrededor del lazo y tira de él

El paso final consiste en envolver el extremo del cordón que no tiene un lazo alrededor del lazo creado en el paso anterior. Después de hacerlo, tira del cordón para apretar el nudo. Asegúrate de que el nudo esté bien ajustado, evitando que quede demasiado apretado para evitar molestias.

Siguiendo estos tres pasos, podrás atar tus zapatillas de manera adecuada y obtener un nudo firme, pero sobre todo seguro durante todo el día.