La niebla mental, también conocida como "niebla cerebral" o "confusión mental", es un término que habitualmente se utiliza ante la falta de claridad mental o lucidez. La forma en la que se manifiesta es variada, y los científicos ni siquiera son del todo capaces de ponerse de acuerdo en su origen, pero podría resumirse como “quedarse en blanco”. 

Algo que, si se mira con perspectiva, a casi todo el mundo le ha sucedido en alguna ocasión. Por ejemplo, a la hora de recordar algo, para concentrarse en un asunto concreto o, simplemente, para encontrar las palabras adecuadas. Pero pese a todo, hay costumbres que pueden conducir a ella, y que tienen fácil solución. Aquí te exponemos como deshacerte de ellas.

El sueño, clave para evitar la niebla mental

Está claro que uno de los problemas más habituales a la hora de sufrir niebla mental es la falta de un descanso adecuado. Dormir mal, o menos horas de las que suelen recomendar los especialistas conlleva con frecuencia a episodios de este tipo, como no poder concentrarte, sentir la mente fatigada o incluso tener dificultades para afrontar retos cotidianos.

Cuanto mejor duermas, más alerta y activa estará tu cabeza. Puede parecer algo obvio, pero en ocasiones se olvida. Un sueño largo y reparador resulta fundamental. 

Una mala alimentación

Si es cierto eso que suele decirse de que somos aquello que comemos, no es difícil darse cuenta de que una mala alimentación también puede provocar niebla mental. Simplemente por tomar demasiada cafeína o no llevar una dieta adecuada con los nutrientes oportunos que el cuerpo necesita para realizar sus funciones, también mentales.

Algunos alimentos, en cambio, está comprobado que ayudan a mejorar la concentración e incluso eliminar el estrés.

Cuidado con el estrés

Precisamente este último, el estrés, también suele ser causante de la niebla mental o de quedarte en blanco más de lo que a cualquiera le gustaría. Las preocupaciones laborales, los problemas emocionales (a veces de pareja o familiares) o simplemente no llegar a final de mes pueden desencadenar estrés, y este a su vez dificultad para concentrarte.

Los expertos recomiendan en estos casos dedicar algo de tiempo a la meditación, buscar pensamientos alegres y optimistas y recordar aquella frase anónima de que, en el fondo “nada importa nada”. 

Practica ejercicio

Generalmente se suele pensar que el ejercicio es bueno para el físico, estar en forma o adelgazar, pero también es necesario para la salud mental, en no pocas ocasiones. Más aún si tu trabajo requiere de un esfuerzo mental o de concentración prolongado, o te roba tiempo para pasar ratos al aire libre.

Hacer ejercicio, aunque solo sea en forma de salir a pasear o llevar a cabo estiramientos y gimnasia básica puede ser una buena manera de combatir la niebla mental.

Ojo a la medicación

Que hoy en día la gente se medica mucho, en algunos casos de forma continuada, es una realidad incontestable. Pero aunque muchos medicamentos resulten beneficioso o imprescindibles para la salud, también pueden tener entre sus efectos adversos el de fatigar mentalmente. 

Cuando esto sucede, no queda más remedio que buscar un equilibrio, o intentar compensarlo con algunos de los consejos que hemos recopilado anteriormente.

Teniendo todo esto presente, está claro que la niebla mental puede tener muchos orígenes, pero al final, casi siempre depende, en el fondo, de tu estado mental. Mantener la calma, respirar profundamente y dedicar un tiempo diario a la reflexión y el descanso nunca está de más. Más aún en estos tiempos tan frenéticos de hoy en día.