La modificación craneal intencionada fue bastante común en los tiempos antiguos, como identidad de pertenencia de muchísimas civilizaciones en el pasado.

Pero esta modificación craneal intencionada también estuvo presente en una civilización antigua japonesa, tal como ha desvelado un nuevo estudio.

Así lo señala un equipo de antropólogos biológicos y arqueólogos de la Universidad de Kyushu y de la Universidad de Montana que afirman que el pueblo Hirota, que vivió en la isla de Tanegashima al sur de Japón, entre los siglos III y VII d.C también practicó esta modificación craneal intencionada. 

Además, esta modificación se llevaba de forma indiferente entre los hombres y las mujeres, por lo que básicamente lo hacían por un sentido de pertenencia cultural.

La modificación craneal, que era bastante común en las civilizaciones antiguas, es básicamente la deformación corporal en la que se presiona o se ata la cabeza de una persona a una edad temprana deformando permanentemente el cráneo.

"Un lugar de Japón asociado desde hace tiempo a la deformación craneal es el yacimiento de Hirota, en la isla japonesa de Tanegashima, en la prefectura de Kagoshima. Se trata de un yacimiento funerario a gran escala del pueblo Hirota, que vivió allí desde finales del periodo Yayoi, en torno al siglo III d.C., hasta el periodo Kofun, entre los siglos V y VII d.C.", explica Noriko Seguchi, de la Facultad de Estudios Sociales y Culturales de la Universidad de Kyushu.

"Este yacimiento se excavó entre 1957 y 1959, y de nuevo entre 2005 y 2006. En la excavación inicial encontramos restos con deformaciones craneales caracterizadas por una cabeza corta y una parte posterior del cráneo aplanada, concretamente el hueso occipital y las partes posteriores de los huesos parietales", añade.

Para llegar a la conclusión sobre esta civilización, el grupo de investigadores utilizó imágenes en 2D para analizar la forma del contorno de los cráneos y se ampararon en escaneos en 3D. También compararon datos de cráneos de otros yacimientos arqueológicos japoneses.

“Nuestros resultados revelaron una morfología craneal distinta y una variabilidad estadística significativa entre los individuos de Hirota con las muestras Jomon de la isla de Kyushu y Yayoi de Doigahama. La presencia de una parte posterior del cráneo aplanada, caracterizada por cambios en el hueso occipital, junto con depresiones en partes del cráneo que conectan los huesos entre sí, concretamente las suturas sagital y lambdoidal, sugerían fuertemente una modificación craneal intencionada”, concluye.