Todos lo hemos visto en alguna ocasión, quizá en películas, series, libros o hasta canciones: una persona que en algún momento deja de pensar en los demás y en la impresión que genera en los otros para centrarse en sí misma. Solo que últimamente parece tener un nombre propio: síndrome de la chica buena. 

Se trata de un concepto que, aunque no es nuevo, empezó a escucharse en Estados Unidos con mucha frecuencia, importándose a otros países, entre ellos España. Aunque cabe imaginar en qué consiste fácilmente, su interés va en aumento si se profundiza en él. ¿En qué se basa realmente y cómo puede perjudicar a cualquiera?

¿Qué es el síndrome de la chica buena?

Básicamente, suele denominarse como “síndrome de la chica buena” el concepto psicológico que describe un patrón de comportamiento en el cual una persona tiende a complacer a los demás, a expensas de sus propias necesidades y deseos. Últimamente, muchos psicólogos y escritores lo están utilizando con bastante frecuencia. 

El origen de este comportamiento, si se quiere llamar así, no es novedoso y suele tener un origen definido: una necesidad excesiva de aprobación y aceptación por parte de los demás. En muchos sentidos, tiene similitudes con otro fenómeno psicológico como es la incapacidad de decir “no”. Hay mucha gente que se siente mal cuando se ve obligado a hacerlo, y procura evitarlo. 

La mayoría de especialistas que hablan del síndrome de la chica buena tienen claro por qué surge. Suele vincularse, por regla general, una baja autoestima y una falta de confianza en sí mismas. O lo que viene a ser lo mismo, que basan su autovaloración en la impresión que son capaces de crear en los demás, con todo lo que eso conlleva en el día a día. 

También es común que quienes sufren este síndrome busquen alcanzar una perfección que, como es lógico, es imposible de conseguir. Es decir, un nivel de autoexigencia a todos los niveles que, en la mayoría de los casos, nace más en la propia persona que en la gente que la rodea. Por esa razón resulta difícil conseguir metas, siempre se tiene la sensación de no ser suficiente.

Evitar el conflicto

Aunque suele hablarse de síndrome de la chica buena para referiste a mujeres, muchos expertos ponen de manifiesto que esto no resulta ni mucho menos exacto. Más bien se trata de una conducta de la personalidad o un carácter determinado, y no tanto de una cuestión de género sexual. Aunque pueden existir variaciones lógicas, muchos hombres pueden experimentarlo de forma similar. 

Lo que siempre se suele tener en común, no obstante, es un esfuerzo continuado por evitar el conflicto. ¿Qué quiere decir esto exactamente? 

Pues que quienes sufren el síndrome de la chica buena procuran no discutir ni enfrentarse a nadie, lo cual no es negativo en sí mismo, pero sí se puede volver una mala costumbre cuando va contra tus propios intereses. 

En definitiva, algo que siempre ha existido, pero que últimamente se define quizá con mayor precisión. Es complicado saber si todos nacemos para ser buenos o malos, pero está claro que, al menos en ocasiones, es imprescindible plantarse.