Dietas muy perjudiciales para la salud que los expertos desaconsejan y que deberías evitar hacer

El negocio de las dietas mueve cientos de millones de euros al año, y en muchos casos a costa de poner en peligro la salud de las personas. Las siguientes dietas están desaconsejadas por los médicos.
El ser humano conserva un punto de inocencia y optimismo injustificado que, para muchas cosas, es muy valioso. Para otras, no tanto. Nos pasan una dieta milagrosa que le ha ido de maravilla al primo del suegro del amigo del cuñado, y sin comprobar avales médicos, la hacemos. O nos llega por email una novedosa dieta que asegura perder kilos comiendo de todo y sin hacer ejercicio, y allá vamos, porque total, por probar no se pierde nada... ¿Y qué pasa con la salud?
Cada persona es un mundo, y que una dieta le vaya bien a alguien no quiere decir que funcione en otros. Por otro lado que una dieta te haga perder kilos, o que esté muy de moda, no quiere decir que sea saludable.
Tampoco hay que perder de vista que, salvo la dieta que te recomiende tu médico de cabecera, el resto están enfocadas al negocio. La gente se cansa de ellas o pierden eficacia con el tiempo, y para mantener la máquina del dinero en marcha hay que inventarse nuevas dietas cada año, algunas completamente absurdas.
Vamos a echar un vistazo a algunas dietas que, según los expertos, son perjudiciales para la salud. Webs especializadas como Eat This, not That! o Miriam Herbón han preguntado a médicos y nutricionistas, y éstas son las dietas que no se deben seguir.
Quizá sirvan para bajar kilos o sean muy populares, pero lo hacen a costa de poner en riesgo la salud.
Dietas perjudiciales
- ¿Cómo identificar una mala dieta?
- Dietas basadas en carne roja sin carbohidratos
- Dieta Dukan
- Dieta de la serpiente
- La dieta de los "potitos"
- Dieta Keto
- Dieta danesa
- Dietas basadas en jugos o "detox"
- Dietas con plazos fijos
- Dieta HGC
- Dieta de los huevos cocidos
- Dieta Paleo
- Dieta alcalina
- ¿Qué dieta seguir?
¿Cómo identificar una mala dieta?

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Una forma muy sencilla de identificar que una dieta no es para tí, es responder a la pregunta: ¿Odio hacer esta dieta? Si la respuesta es Sí, entonces es mejor buscar otra. Una dieta se tiene, al menos, que tolerar, porque lo más probable es que tengas que practicarla mucho tiempo, o mantenerla, para que sea efectiva. Y estresarte cada vez que te sientas a comer, es casi tan malo como estar gordo.
En general, los médicos desaconsejan las dietas que implicar ingerir muy pocas calorías, que son bajas en carbohidratos y altas en proteinas, o que bajan mucho peso en poco tiempo. La razón es que, por experiencia, solo son efectivas a corto plazo, y muy poca gente va a poder mantenerlas en el tiempo. De poco sirve bajar unos kilos en una semana, si al poco los vas a recuperar.
Dietas basadas en carne roja sin carbohidratos

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Uno de los problemas de las dietas, es que son muy poco sabrosas. Esto es lo que hace que mucha gente las abandone. Por eso durante un tiempo se pusieron de moda las dietas que buscaban adelgazar consumiendo abundante carne roja, pero sin carbohidratos.
Médicos como Allen Conrad desaconseja seguirlas porque el alto contenido en carne y grasas insaturadas puede provocar problemas de corazón y subir el colesterol a largo plazo.
Dieta Dukan

Creada por Pierre Dukan, expulsado del colegio de Médicos de Francia, dispone de cuatro fases. En la primera solo se puede comer alimentos ricos en proteínas, y en la segunda se alternan días de proteínas con verduras. Una tercera fase sirve para regular el peso, y en una cuarta se vuelve a comer con normalidad.
Tuvo mucho éxito porque no es aburrida y ayuda a perder kilos, pero tiene muchas contradicciones: es baja en nutrientes, se pierde masa muscular, y somete al hígado y a los riñones a un constante sobresfuerzo.
Dieta de la serpiente

La dieta de la Serpiente se puso de moda en 2019. Consiste en saltear períodos de ayuno prolongados (los dos períodos de ayuno iniciales son 48 horas y 72 horas) con comidas bajas en carbohidratos y altas en grasas consumidas entre los períodos de ayuno.
El problema de este tipo de dietas, según la endocrinóloga Ania Jastreboff, es que "como todas las modas, duran poco y se olvidan", y "no tiene una base científica".
La dieta de los "potitos"

Aquí se trata de sustituir una o dos comidas al día por un potito, es decir, comida de bebé, que suele tener menos de 100 calorías. Se pierde peso porque se consumen pocas calorías, pero a los nutricionistas les repele porque la comida de bebé, como su nombre indica, no sirve para adultos. No sacia, es aburrida de comer, tiene poca fibra, y poca proteína.
Dieta Keto

La dieta Keto o cetogénica cambia la manera en que nuestro cuerpo obtiene la energía necesaria para funcionar. Con una alimentación estándar la energía proviene de los hidratos de carbono, que se metabolizan en glucosa.
La dieta Keto consiste en reducir al máximo el consumo de carbohidratos, para así forzar al cuerpo a llevar a cabo un proceso llamado cetosis, que consiste en extraer la energía de la grasa que acumulamos.
La teoría es buena, porque al no ingerir energía a través de los carbohidratos obligamos al cuerpo a quemar grasa para obtenerla, pero al mismo tiempo privamos a organos esenciales como el cerebro de la energía que necesita a través de la glucosa, así como de nutrientes esenciales que están en la fruta, verduras y los cereales, alimentos que no se pueden consumir cuando se lleva a cabo una dieta Keto o cetogénica.
Además no es una dieta equilibrada, y puede causar deshidratación y subida del colesterol.
Dieta danesa

Propone 13 días de esfuerzo en los que hay que consumir solo 600 calorías, eliminando frutas, granos y lácteos. Se pueden bajar 6 o 7 Kilos en 15 días, pero según el blog de Miriam Herbón: "la mayoría será agua, que se recuperará rápidamente".
Dietas basadas en jugos o "detox"

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Existen un conjunto de dietas que se basan en la premisa de tomar jugos vegetales, es decir, sin su fibra, así como batidos y otras bebidas con el objetivo de limpiar y eliminar las toxinas del cuerpo.
Pero como explica la nutricionista Holly Roser, "tenemos órganos en nuestro cuerpo que hacen justo eso, limpiar y eliminar toxinas, y lo hacen mejor que nadie: los riñones y el hígado, así que no necesitamos tomar jugos".
No es que sean perjudiciales, pero no cumplen la función que prometen y eliminan una parte muy importante de las frutas y los vegetales: la fibra.
Dietas con plazos fijos

Hay infinidad de dietas que tienen unos plazos muy concretos: una semana, 15 días, un mes... Todas son una trampa. Puedes que sirvan para perder peso, pero la experiencia médica dice que cuando se termina ese plazo los paciente vuelven a los viejos hábitos, y los kilos se vuelven a coger en poco tiempo.
Dieta HGC

Cuidado con ésta, porque muchos médicos la consideran un auténtico peligro. La dieta HGC consiste en consumir solo 500 calorías al día, al mismo tiempo que se toman dosis de la hormona Gonadotropina Coriónica Humana, que producen las mujeres embarazadas.
Es una dieta que efectivamente consigue bajar peso, pero porque con 500 calorías nos ponemos casi al borde de la desnutrición. Y no hay pruebas científicas de que esta hormona ayude en la pérdida de peso, solo se han hecho estudios con una muestra de individuos muy pequeña.
Dieta de los huevos cocidos

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Aquí se trata de cambiar la mayoría de las comidas por huevos cocidos. Se toma pocos hidratos de carbono y mucha proteína, con lo que se baja peso, pero como todas las dietas desequilibradas no se puede mantener mucho tiempo. Y puede ser peligrosa para personas con colesterol, diabetes, o con problemas del corazón.
Dieta Paleo

Aquí tenemos un buen ejemplo de dieta prefabricada, con muy bien márketing, porque vende muy bien. De hecho ha sido una de las más seguidas en los últimos años. Pero su base científica es muy poco sostenible.
La dieta Paleo consiste básicamente en comer como los hombres prehistóricos de las cavernas, antes de que se descubriese la agricultura. Es decir, comer carne de res magra, pescado, frutas, vegetales, frutos secos y semillas, eliminado lácteos, legumbres, azúcar, y alimentos procesados.
Sus defensores argumentan que se adapta mejor a nuestra genética, permite bajar peso y tenemos mejores digestiones. Pero no convence ni a los médicos, ni a los antropólogos...
Tiene cosas buenas, ya que se elimina el azúcar y los alimentos procesados, pero a los nutricionistas no les gusta que también se eliminen alimentos que hoy en día se consideran esenciales, como los lácteos, las legumbres, y los vegetales cultivados.
Desde el punto de vista de los historiadores y antropólogos, esta dieta tiene poco de paleolítica, y no se ajusta mejor a nuestra genética.
Se sabe que había humanos prehistóricos que consumían legumbres antes de que se cultivaran, y otros que apenas comían carne. Así que no existe una dieta paleolítica ni una genética única.
Por otro lado, en miles de años nuestros genes se han adaptado a la agricultura y a la comida cultivada y procesada, y no supone ningún problema e incluso es esencial en la alimentación del ser humano del siglo XXI.
Dieta alcalina

Esta dieta pseudocientífica se basa en la idea de que las enfermedades tienen lugar cuando el cuerpo tiene un pH bajo (ácido), así que hay que aumentar su pH tomando alimentos alcalinos.
Hay que eliminar de la dieta la carne, el pescado, huevos, y granos, y consumir solo frutas y hortalizas, excepto los arándanos, ciruelas pasas y ciruelas. Muchas personas optan por subir el pH del cuerpo tomando pastillas.
El problema de esta dieta, además de ser desequilibrada, es que no hay estudios científicos que sustente toda esta teoría del pH relacionada con las enfermedades. Y aunque fuese verdad, regular el pH de todo el cuerpo usando los alimentos es un método muy impreciso y difícil de medir.
¿Qué dieta seguir?
Si tantas dietas no son recomendables entonces, ¿cuál seguir? Para no engordar y llevar una vida saludable hay que tomar proteínas magras, grasas saludables y fibras que sacian. No fumar ni beber alcohol, tomar muy poco azúcar, y hacer ejercicio.
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Descubre más sobre Juan Antonio Pascual Estapé, autor/a de este artículo.
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