La industria de la automoción está viviendo una transformación sin precedentes gracias a los constantes avances en los coches eléctricos. Estos han comenzado a agregar funciones innovadoras que superan con creces a sus contrapartes de combustión en términos de rendimiento, seguridad, alcance y mucho más. 

Una de las claves para que los vehículos eléctricos sean prácticos y eficientes radica en el desarrollo de baterías avanzadas. Son componentes fundamentales que determinan en gran medida la autonomía, pero sobre todo la velocidad de carga. 

Toyota ha dado un paso crucial al presentar su primera batería de estado sólido, capaz de brindar asombrosos 1.500 kilómetros de autonomía. Este hito marca el comienzo de una nueva era en la industria. 

Sin embargo, la marca japonesa no está sola en esta revolución. Volvo, la conocida empresa sueca, ha decidido unirse a la carrera por la innovación de las baterías de próxima generación. Y, para ello, la compañía ha presentado su propia versión de la tecnología de estado sólido, con un enfoque particular en la carga ultrarrápida. 

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Esta innovación es el resultado de una estrecha colaboración con StoreDot, una empresa israelí de desarrollo de baterías. Ambas empresas han invertido sus recursos para obtener una tecnología de carga rápida de batería que ofrezca aproximadamente 160 kilómetros de autonomía con tan solo cinco minutos de carga. 

Por su puesto, este avance podría cambiar drásticamente la forma en que vemos la carga de coches eléctricos y eliminar una de las principales preocupaciones de los usuarios que están indecisos de dar el salto a estos coches, y que tiene que ver con la duración de la recarga. 

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Cabe señalar que StoreDot ha utilizado tecnología de punta, así como software patentado de ánodo de silicio dominante, para lograr velocidades de carga más rápidas y menos degradación de la batería durante cientos de ciclos de recarga. 

Volvo y la empresa israelí avanzan a un ritmo constante, con la intención de que estas baterías de estado sólido con carga ultrarrápida estén listas para su producción en algún momento de 2024. Esto significa que no es una fecha tan distante y podríamos ver los primeros coches eléctricos Volvo con esta tecnología incorporada en algún punto de 2025. 

No obstante, a pesar de los emocionantes avances, existe un desafío importante que enfrentan las baterías de estado sólido: la infraestructura de carga. Si bien los coches eléctricos pueden prometer recorrer largas distancias con una sola carga, la velocidad de carga es un aspecto que depende en gran medida de las estaciones de carga compatibles y disponibles. 

La mayoría de los hogares no tendrán la capacidad de cargar baterías a la velocidad que estas tecnologías avanzadas permiten, y eso será un gran inconveniente para competir en el mercado. 

Esto significa que, aunque los coches Volvo y de otras marcas puedan tener una autonomía impresionante, la capacidad de aprovecharla dependerá de última instancia de la disponibilidad de estaciones de carga que puedan proporcionar velocidades de carga ultrarrápidas, las cuales no serán muchas, al menos no de principio.

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Las baterías de estado sólido y la carga ultrarrápida pueden transformar el sector de los coches eléctricos, puesto que permitirán reducir el tiempo de recarga y al mismo tiempo aumentar la autonomía de los vehículos.

De esta manera, habrá en el mercado modelos de todas las marcas más competitivos y convenientes que los de combustión. Al final, se consolidarían como una alternativa más sostenible y eficiente para la movilidad.