Toyota está abordando una de las preocupaciones más comunes de los propietarios de vehículos eléctricos: el tiempo de carga. La empresa está desarrollando una nueva batería de estado sólido que permitirá tiempos de carga significativamente más cortos. Se espera que esta tecnología reduzca el tiempo necesario para recargar completamente un vehículo a tan solo 10 minutos.

La noticia llega en un momento en que Toyota ha sido cuestionada por no hacer lo suficiente en la lucha contra el cambio climático. Toyota tiene como objetivo conseguir la ansiada batería de estado sólido en el mercado en 2027 y así liderar el mercado de coches respetuosos con el medioambiente.

Koji Sato, presidente de Toyota, ha reconocido que la empresa necesita ponerse al día en el sector de los vehículos eléctricos. La compañía tiene planes ambiciosos de entregar 1,5 millones de vehículos eléctricos en 2026, ampliando su gama, mejorando la batería y estudiando otras tecnologías.

La próxima generación de vehículos eléctricos de Toyota se enfocará en mejorar la sensación de conducción, centrándose en la aceleración, los giros y la frenada, gracias a la evolución del sistema operativo del vehículo. 

Además, la nueva batería de estado sólido permitirá tiempos de carga más cortos, reduciendo a 10 minutos o menos el tiempo necesario para cargar completamente el vehículo. Esto aborda una de las preocupaciones más comunes de los propietarios de vehículos eléctricos.

Toyota investiga biocombustibles y modelos propulsados por hidrógeno

Aunque Toyota sigue trabajando en baterías de iones de litio, que son las más utilizadas actualmente en los vehículos eléctricos, también está comprometida con la sociedad del hidrógeno. 

La compañía continúa explorando modelos propulsados por hidrógeno y colaborando con socios para producir hidrógeno más limpio y asequible.

Este coche eléctrico circula durante más de 100 horas sin parar gracias a una nueva tecnología de carga

Además, Toyota está investigando biocombustibles de segunda generación como alternativa a los combustibles fósiles. Estos biocombustibles, como el etanol, se consideran más sostenibles, aunque presentan desafíos propios.

Con estos proyectos en mente, la compañía apuesta por una flota de vehículos más ecológica que atraiga a los conductores, incluyendo la tecnología del hidrógeno y los biocombustibles de segunda generación.