Robots, impresoras 3D, casas conectadas, juguetes y todo tipo de dispositivos electrónicos. La comunidad maker impulsada por Arduino demuestra cada día su capacidad de invención. Esta plataforma informática les ofrece la base para construir un gran número de máquinas autómatas a las que instruir para que realicen una serie de determinadas tareas. 

Este año, esa comunidad maker ha demostrado su solidaridad y capacidad de creación frente a la pandemia del coronavirus. Hemos sido testigos de cómo grupos de voluntarios y creadores colaboraban con los hospitales fabricando respiradores o pantallas protectoras desde sus propias casas. Algunos de esos prototipos de respiradores se basan en esta plataforma de tecnología que lleva evolucionando dos décadas.

Arduino se creó en Italia en 2005. Su principal objetivo era, y sigue siendo en parte, facilitar la construcción de prototipos de cualquier dispositivo a los estudiantes de electrónica y programación.  Arduino es una plataforma de electrónica basada en hardware y software libre. 

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Tan importantes son las placas, el corazón de esos autómatas que creamos con ellas, como lo es el sistema de código abierto que ha cimentado las bases para impulsar toda una comunidad maker a nivel global. Al ser un hardware libre otras empresas y personas pueden crear sus propias placas partiendo de la base de Arduino y lo mismo pasa con el software que cualquiera puede trabajar en él y modificarlo. 

Su sencillez es en parte responsable del éxito que ha conseguido durante todos estos años. Es una herramienta lo suficientemente sencilla para introducirnos en el mundo de la programación y la construcción de máquinas autómatas. Además sus productos cuentan con precios muy diversos, la mayoría asequibles para mucha gente, un kit estándar cuesta 60 euros. 

Con estas cualidades, el sistema pronto se extendió hasta formar una enorme comunidad maker desde la que se ha ido adaptando y desarrollando la tecnología de Arduino en un sin fin de ámbitos como la impresión 3D, el Internet de la Cosas, los dispositivos wearables o entornos integrados. Buscando por internet podemos encontrarnos con inventos tan impresionantes como esta feria inteligente. 

Ejemplos como estos demuestran el ejercicio de ingeniería e imaginación que implica crear un proyecto basado en Arduino. Las placas y su lenguaje de programación deben ser el corazón del proyecto, pero, alrededor de esa placa se construye toda la máquina ya sea un pequeño robot o un sistema domótico para convertir nuestra casa en un hogar conectado. 

Las placas de Arduino son unas Placas de Circuito Impreso que cuentan con un microcontrolador re-programable y una serie de pines hembra desde los que podemos conectar periféricos, sensores o actuadores, como motores, sensores de luz, de temperatura, etc.

Lo interesante de Arduino para los que quieran empezar a crear sus propios proyectos y aprender programación es que la placa lleva instalado el lenguaje de programación de Arduino que se puede controlar y desarrollar desde una plataforma de desarrollo que instalamos en nuestro ordenador. Es un programa sencillo que cuenta con bastantes ayudas para los programadores más noveles.               

Una vez hemos montado el dispositivo, con el lenguaje de programación le indicamos a la placa cómo comportarse siguiendo una serie de instrucciones de entrada y unas respuestas de salida. Así podemos crear un sistema de detector de humos para nuestra casa, un dispositivo para controlar la humedad de nuestras plantas, instalar una lámpara que se encienda al detectar movimiento por el pasillo o un lector de huellas para abrir la caja fuerte. 

Arduino es consciente del potencial que tiene su tecnología para aquellos que quieran aprender programación e ingeniería desde lo más básico y cuenta con tutoriales muy completos tanto en su web como en su canal de YouTube. Aquí arriba nos explican cómo crear el circuito interno de una bola de cristal de juguete con la que adivinar el futuro.

La comunidad #ArduinoMaker frente al coronavirus

Este 2020 los makers han demostrado toda su fuerza impulsando proyectos para fabricar mascarillas, respiradores, lo que hiciera falta en los hospitales desbordados por la primera ola de contagios que sufrieron muchos países. Ejemplo de ello es el respirador autónomo Open que diseñó en menos de dos semanas el The Resistencia Team basándose en el sistema de Jackson Rees. El prototipo entró en en fase de validación por parte de Gobierno de Asturias en marzo y a día de hoy siguen con este proyecto activo.

También la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) y el Hospital Universitario Gregorio Marañón (HGUGM) utilizaron esta tecnología para crear su prototipo de respirador y consiguieron en 24 horas la financiación de 50.000 euros que se necesitaba. Al margen de la tecnología de Arduino también se ha visto la colaboración ciudadana fabricando pantallas protectoras con impresoras 3D o cosiendo mascarillas a mano para la población y los sanitarios.

Proyectos para realizar con Arduino

Todo aquel que quiera adentrarse en el mundo de la programación y la creación de dispositivos electrónicos, puede encontrar en Arduino una puerta por la que comenzar esa andadura. Puedes empezar por proyectos sencillos como este reloj despertador o crear un sensor de aparcamiento para utilizar en el coche.

Para después pasar a proyectos más elaborados cuando tengamos un mayor nivel como construir tu propio Segway o un robot que mantenga el equilibrio, una máquina de chuches con código secreto. Hasta es posible llegar a niveles tan avanzados como este sistema de control por encefalograma con el que conducir la silla de ruedas que han creado un grupo de neurocientíficos. 

Arduino sirve de herramienta tanto para aficionados a la informática como para profesionales que necesitan materiales sencillos y baratos para desarrollar sus prototipos de investigación. Esa es parte de la magia de esta plataforma.