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Cómo te engañan los productos “naturales” y “orgánicos” y cómo leer bien las etiquetas

Qué significa que un alimento sea "orgánico", y qué ventajas tiene

Hoy vamos a hablar de algo muy serie: alimentación. Desde hace unas décadas, las urbes han dado como resultado ciudadanos que solo se fían de los orgánicos o lo natural. Por desgracia, estos productos suelen ser los más fáciles de falsear. Hoy te explicamos algunos aspectos clave.

Los seres humanos están cada vez más concienciados con la salud a medida que sus países se acercan a una crisis sanitaria. La vulnerabilidad de los sistemas sanitarios, incluso en países con un alto nivel de vida, quedó bastante al descubierto durante el brote de COVID-19, lo que impulsó a muchas personas a cuidar mejor de su salud física y mental.

La gente está tomando mejores decisiones y las empresas alimentarias están alarmadas, ya que son conscientes de que sus productos no son saludables. ¿Qué deben hacer si quieren seguir vendiendo? Mentir o resaltar virtudes que no tienen por qué ser mejores, como el clásico natural u orgánico.

Las empresas cambia la información en las cajas de los productos que los hace parecer sanos. Cambiando su publicidad y añadiendo algunas frases a sus envases, las empresas alimentarias engañan a los consumidores haciéndoles creer que son capaces de comer saludable.

He aquí algunas estrategias utilizadas por las empresas para engañarte haciéndote creer que comes sano. Te sorprenderá lo fácil que es.

alimentos indice glucemico bajo

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Alimentos de origen 100% natural u orgánico

Lo sabemos, suena bien. Estos alimentos son totalmente naturales y han sido creados por la Madre Naturaleza. Pero eso no es verdad. La FDA, agencia federal estadounidense vinculada al Ministerio de Sanidad, por ejemplo, no ha establecido ninguna norma que especifique lo que constituye un alimento 100% natural o totalmente natural.

Cualquier empresa puede utilizar esta palabra en el envase para atraer clientes. Los alimentos totalmente naturales pueden contener edulcorantes artificiales, carbohidratos refinados, aceites hidrogenados y jarabe de maíz de alta fructosa.

Leer los datos nutricionales y los ingredientes es el método más eficaz para evitar este truco de marketing. El producto no es del todo natural si hay demasiadas sustancias que suenan a procesadas o que no puedes pronunciar.

Puedes determinar si un alimento es sano o no mirando los datos nutricionales. Examina el tamaño de la ración, el número de calorías de cada ración, así como los gramos de grasa, hidratos de carbono y proteínas. Pero, lo más importante, comprueba los ingredientes.

Refrescos y azúcar

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Sin azúcar añadido o sin azúcar

Reducir el consumo de azúcar es una estrategia estupenda para cuidar la salud. Sin embargo, los productos que se anuncian como sin azúcar o sin azúcares añadidos suelen contener edulcorantes artificiales o alcoholes de azúcar fabricados en laboratorio.

El mayor problema de estos es que pueden provocar molestias y problemas estomacales. Es preferible utilizar azúcar real o alimentos que contengan azúcar de verdad (en baja cantidad, claro). Utiliza fruta, miel, sirope de arce o agave con moderación para endulzar los platos sin añadir azúcar procesado.

Lo que está claro es que entre una Coca-Cola normal y una Coca-Cola Light, la opción más sana es la Light porque no es bueno tomar una bebida de 33 cl que lleva la friolera de 20 gramos de azúcar solo para endulzar.

Etiqueta alimentaria

Cómo leer las etiquetas de los productos alimenticios

Uno de los mejores consejos que te podemos dar es que ignores por completo las afirmaciones de la parte frontal del envase. Las etiquetas delanteras intentan seducirte para que compre productos con declaraciones de propiedades saludables.

De hecho, las investigaciones demuestran que añadir declaraciones de propiedades saludables a las etiquetas delanteras hace que la gente crea que un producto es más sano que el mismo producto que no incluye declaraciones de propiedades saludables, lo que afecta a las decisiones de los consumidores.

Los fabricantes suelen ser deshonestos en el uso que hacen de estas etiquetas. Suelen utilizar declaraciones de propiedades saludables engañosas y, en algunos casos, francamente falsas. Algunos ejemplos son muchos cereales de desayuno con alto contenido en azúcar, estos productos no son saludables por mucho que digan lo contrario.

Esto hace que sea difícil para los consumidores elegir opciones saludables sin una inspección minuciosa de la lista de ingredientes. Muy importante: los ingredientes de los productos se enumeran por cantidad, de mayor a menor.

Un padre y su hija abren la nevera.

Esto significa que el primer ingrediente es el que más ha utilizado el fabricante. Una buena regla general es examinar los tres primeros ingredientes, ya que constituyen la mayor parte de lo que se está comiendo.

Si los primeros ingredientes incluyen cereales refinados, un tipo de azúcar o aceites hidrogenados, puedes suponer que el producto no es saludable. En su lugar, intenta elegir productos cuyos tres primeros ingredientes sean alimentos integrales.

Además, una lista de ingredientes de más de dos o tres líneas sugiere que el producto está muy procesado. Cuidado con el tamaño de las raciones.

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Las etiquetas nutricionales indican cuántas calorías y nutrientes hay en una cantidad estándar del producto, a menudo una ración individual sugerida. Sin embargo, el tamaño de las raciones suele ser mucho menor de lo que se consume en una sentada.

Por ejemplo, una ración puede ser media lata de refresco, un cuarto de galleta, media tableta de chocolate o una sola galleta. Con ello, los fabricantes intentan engañar a los consumidores haciéndoles creer que el alimento tiene menos calorías y menos azúcar.

Muchas personas no son conscientes de este esquema de tamaño de ración, y asumen que todo el envase es una sola ración, cuando en realidad puede constar de dos, tres o más raciones. Si te interesa conocer el valor nutricional de lo que comes, tienes que multiplicar la ración que figura en el reverso por el número de raciones que has consumido. Resumen: No te fíes de lo natural / orgánico.

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Etiquetas: Alimentación, Salud