La NASA se fija en SpaceX para su sistema de reabastecimiento de combustible en vuelo

La NASA ha asegurado que SpaceX está trabajando en unir dos Starships en órbita con la que demostraría que pueden reabastecer una nave con combustible. Esta hazaña técnica en la que se fijan otras organizaciones espaciales pondría la Luna al alcance de la empresa de Elon Musk.

SpaceX firmó un contrato con la NASA con el que se compromete a suministrar dos naves espaciales tripuladas para realizar dos aterrizajes en la Luna. El programa Artemis tiene como objetivo volver a pisar la superficie lunar, algo que no sucede desde 1972. 

El primer aterrizaje de la misión Artemis III está previsto para 2026, aunque muchos consideran que el calendario es demasiado ambicioso.

No es la primera vez que la NASA colabora con empresas externas. La agencia espacial contrató a Blue Origin para desarrollar el módulo de aterrizaje lunar Blue Moon. Esta plataforma está pensada para el futuro proyecto con Starship. 

El módulo permitirá repostar combustible en el espacio y se podrá utilizar en múltiples misiones. La NASA no vive su mejor momento debido a los recortes en el presupuesto durante los últimos años y busca soluciones a largo plazo. La agencia está estudiando también cómo aprovechar los recursos de la Luna o Marte en los propulsores.

El trabajo conjunto de la NASA y SpaceX está dando sus frutos y ambas partes son optimistas. Amit Kshatriya, director del programa Moon to Mars de la NASA, ha asegurado que "el próximo vuelo de prueba desde el lugar de lanzamiento de SpaceX en el sur de Texas se espera para finales de mayo", recoge Ars Technica.

Los retos que deben superar para repostar en vuelo

La producción no es un problema para la NASA, sino el diseño de una propulsor capaz de transferir combustible en vuelo. SpaceX y Blue Origin tendrán que estudiar sus sistemas de reabastecimiento en tierra antes de intentar llegar a la Luna. 

La empresa de Elon Musk podría estar más cerca, tiene previsto realizar la primera prueba de transferencia de propulsor entre dos Starships en órbita el próximo año. La compañía enviaría al espacio previamente dos vuelos de prueba antes de la demostración final.

SpaceX realizó la primera transferencia entre dos tanques en vuelo hace unas semanas con financiación de la NASA. Los funcionarios de la agencia espacial aseguraron que el experimento de las Starships de Musk les ofrecería datos importantes del comportamiento del fluido en un entorno de baja gravedad.

La demostración fue un éxito y SpaceX continuará con los vuelos de prueba de Starship. La compañía añadirá novedades de forma progresiva como un aterrizaje más preciso con el propulsor Super Heavy. Esto será fundamental para que los cohetes puedan aterrizar en la misma plataforma de lanzamiento. 

El próximo objetivo de Elon Musk es conseguir reiniciar un solo motor Raptor en Starship durante el vuelo. SpaceX lo intentó en marzo pero no funcionó debido a un elevado balanceo. Este será uno de los requisitos de los futuros lanzamientos a una órbita más alta: la nave podría permanecer allí durante horas o días desplegando satélites o repostando combustible.