Los científicos han sido capaces de detectar las ondas cerebrales durante más de un siglo, y la tecnología de control mental ya se está aplicando a diferentes dispositivos médicos que permiten dotar de movilidad a pacientes con parálisis. 

En los últimos años también se han desarrollado otro tipo de aplicaciones para controlar todo tipo de objetos y vehículos con la mente, entre ellos drones. A diferencia de los usos médicos, que habitualmente se valen de implantes en el cerebro para su funcionamiento, estas aplicaciones emplean auriculares de electroencefalograma (EEG), que son los encargados de interpretar las ondas cerebrales para mover los objetos a partir del pensamiento abstracto. 

Estos dispositivos de control mental tienen la ventaja de que no son invasivos y además su coste es mucho menor: en la actualidad hay diversas compañías que los comercializan y se pueden adquirir por un precio medio de unos 500 dólares, unos 440 euros.

Su funcionamiento es el siguiente: los auriculares de EEG se calibran para identificar la actividad eléctrica asociada con los pensamientos particulares de cada usuario. Para ello, se le pide al sujeto que, por ejemplo, se imagine empujando una silla a través de una habitación

Después, los programadores escriben el código necesario para traducir estas señales de movimiento imaginario en comandos que los ordenadores puedan interpretar y enviar a los objetos y vehículos.

Desarrollan un coche que se puede conducir con el cerebro

Para darle un impulso a esta tecnología, un equipo de investigadores de la Universidad de Florida en Estados Unidos ha organizado la Brain-Drone Race, una carrera de drones controlados con una interfaz cerebro-ordenador (BCI por sus siglas en inglés). El primer campeonato tuvo lugar el pasado fin de semana y esperan que se convierta en un evento anual que congregue a universidades de todo el mundo.

Los científicos consideran que los dispositivos de control mental tienen un gran potencial en la era del Internet de las Cosas, ya que se podrían utilizar para efectuar todo tipo de acciones cotidianas, como abrir el coche de manera remota, a través del pensamiento.