En 1950, el célebre escritor de ciencia ficción Isaac Asimov escribió la clásica obra Yo, Robot, adelantándose en más de medio siglo a la llegada de la inteligencia artificial, y más aún a los avances que se están viviendo en torno a ella actualmente. En su libro, compuesto por una serie de historias protagonizadas por androides, formuló lo que él llamó “las tres leyes de la robótica”.

Ahora, tantos años después, Google se ha fijado en el trabajo del autor para construir sus propias normas en el funcionamiento de droides. Como suele decirse, la realidad acostumbra a superar a la ficción, aunque como en este caso, lleve su tiempo.

Las tres leyes de la robótica de Asimov

En Yo, Robot, Isaac Asimov dejaba claras las tres leyes de la robótica que salvaguardarían a la humanidad de los peligros de vivir con robots, en un mundo futurista en el que estas criaturas artificiales formaban parte de la vida cotidiana. Una visión que cada vez está más cercana a convertirse en realidad, o que ya lo es, en muchos sentidos. 

Eran las siguientes: primero, un robot no puede dañar a un ser humano o, por inacción, permitir que un ser humano sufra daños. Segundo, un robot debe obedecer las órdenes de los seres humanos, excepto cuando tales órdenes entren en conflicto con la Primera Ley. 

En tercer lugar, un robot debe proteger su propia existencia siempre que dicha protección no entre en conflicto con la Primera o Segunda Ley. Como es natural en una novela de ficción, creada con el fin de entretener, los conflictos se producían a pesar de estar directrices supuestamente tan certeras. Algo que también ha influido en el colectivo popular.

Pues bien, la propia Google ha desarrollado lo que según ellos sería una “Constitución Robótica”, inspirada en las directrices del novelista, y que ha sido llevada a cabo por el equipo de robótica de DeepMind. Básicamente, su razón de ser es la misma que en el libro: proteger a los seres humanos de la potencial amenaza de los robots, o lo que viene a ser lo mismo, de la IA. 

La nueva Constitución Robótica de Google

Por mucho que suene a ciencia ficción, la nueva Constitución Robótica de Google es una realidad, que el gigante tecnológico ha creado con el fin de asegurar que el trabajo con sus robots es seguro para las personas. Para ello, ha dictaminado órdenes como que estos se detengan automáticamente si la fuerza en sus articulaciones llega a cierto límite. 

Hay que tener presente que estas directrices tienen claro que Google entiende que el futuro pasa cada vez por la interacción cotidiana entre seres humanos y robots, y pretende minimizar los posibles riesgos que esto supondría para las personas. 

Por su parte, no está de más recordar que la propia Unión Europea ya ha sido pionera a la hora de proponer una ley para la regulación de la inteligencia artificial, si bien esta tardará debido a los trámites burocráticos en estar operativa. ¿Será suficiente? 

Conviene recordar que en los libros de Asimov, a pesar de sus míticas leyes, los problemas estaban a la orden del día. ¿Terminará por ocurrir lo mismo en la realidad? Algunos gurús tecnológicos ya han advertido al respecto.