La llegada como una apisonadora de la inteligencia artificial al mundo laboral ha dejado abierta una pregunta que seguramente muchos se hagan: ¿Se trabajarán más o menos horas si esta entra de lleno en el trabajo? En un principio, la respuesta podría ser que reducirá grandes cargas de trabajo y, aunque realmente así es, parece que no es tan sencillo como se puede ver.

Esta es la realidad que vive Binny Gill, fundador y CEO de Kognitos, una empresa que usa la inteligencia artificial generativa al estilo ChatGPT para automatizar procesos comerciales. Para este, la idea de trabajar los fines de semana es algo que ya casi se normaliza, y cree que más empresarios podrían sentirse obligados a seguir el mismo camino a medida que la IA se integra en el entorno laboral.

Tal y como recoge Business Insider, la idea tradicional de que la IA será tus ojos y tus manos mientras tú no hacer nada, permitiéndote dedicar más tiempo a ti mismo o incluso incorporar una semana laboral más corta, parece que choca directamente con la perspectiva de este CEO. 

"Los humanos harán menos trabajo manual, pero estarán de guardia todo el tiempo porque las empresas piensan: No te vas a dormir porque se trata de competir con tu competencia, que no se va a dormir", explica.

¿Trabajar sábado y domingo o semana labora de cuatro días?

Prevé un escenario en el que la vida laboral va a estar "siempre activa", impulsada por la disponibilidad constante de la IA. Para él, las empresas podrían utilizar esta tecnología para mantenerse competitivas y operar como máquinas que funcionan las 24 horas del día, los siete días de la semana. Esto, en su opinión, podría conducir a una presión adicional sobre los trabajadores para estar disponibles en todo momento, incluso durante su tiempo de descanso.

Sin embargo, y como es de esperar, no todos comparten la visión de este empresario. Emily Rose McRae, directora analista senior de la firma de investigación Gartner, sugiere que la idea de una semana laboral de cuatro días no es realmente una locura si se integra la IA al 100%. 

Ella plantea la posibilidad de que su llegada requerirá una gran inversión económica que para unos será casi inalcanzable, otros decidirán no jugársela y, por lo tanto, si la competencia no lo hace, aquellos que estén en duda, no darán el paso.

"Tiene que haber algún tipo de compensación por esos costes. Y 'Nuestros competidores lo están haciendo' solo funcionará si hay demanda para ese tipo de cobertura", comenta. La clave, como siempre, estará en cómo las empresas y los trabajadores elijan adaptarse y aprovechar las oportunidades que la inteligencia artificial tiene preparadas para todos.