Por qué puedes olvidar una película, pero nunca olvidarás cómo montar en bicicleta
Aunque dejemos de montar en bicicleta, al subirnos nuevamente años después, descubrimos que nuestras habilidades están intactas, y hay una explicación científica detrás de ello.
Montar en bicicleta es una actividad que suele aprenderse en la infancia, pero también puede ser una experiencia inolvidable para aquellos que lo descubren en la adultez.
A lo largo de los años, es común olvidar detalles de películas o eventos pasados, pero sorprendentemente, montar en bicicleta es una habilidad que nunca se olvida, igual que sea una bicicleta normal o eléctrica, o que tenga las ruedas cuadras o triangulares. Permanece en nuestra memoria como una experiencia arraigada en lo más profundo.
¿Por qué ocurre esto? ¿Cuál es la explicación científica detrás de esta duradera memoria? La respuesta a este fenómeno se relaciona con el tipo de recuerdos que estamos formando desde la infancia.
Todo está en los recuerdos
De acuerdo con un informe publicado por el neuropsicólogo Boris Suchan, en Scientific American, explica que todos los seres humanos tenemos dos tipos diferentes de memoria a largo plazo: declarativa y procedimental.
Dentro de la memoria declarativa se distinguen dos subtipos: la memoria episódica y la memoria semántica. La primera se refiere al recuerdo de eventos específicos en tu vida, como asistir a un concierto, por ejemplo.
Por otro lado, la memoria semántica se encarga del almacenamiento de conocimientos generales, como la fecha de eventos históricos relevantes, por ejemplo, de que la Segunda Guerra Mundial concluyó en el año 1945.
Esta forma de memoria nos permite acceder a información objetiva y conceptual sobre el mundo que nos rodea, sin estar vinculada directamente a experiencias personales específicas.
En cuanto a la memoria procedimental, es un tipo de memoria que se encarga de almacenar y recuperar habilidades, así como procedimientos aprendidos.
Según Suchan, se refiere a la capacidad de recordar cómo hacer algo o llevar a cabo una tarea específica sin necesidad de pensar conscientemente en cada paso.
La memoria se entrena con la práctica a través de los años
En términos generales, es la memoria procedimental la que nos permite montar en bicicleta y no olvidar como se hace. Esto aplica también en tocar un instrumento musical o conducir un automóvil, todos estos son conocimientos que se adquieren a través de la práctica.
La memoria procedimental es implícita, por lo que no siempre somos conscientes de los detalles de cómo realizamos una acción, pero nuestro cerebro retiene la información necesaria para ejecutarla de manera automática.
Además, esta área se fortalece a través de la repetición continua. Al hacer una tarea de manera repetida, se crea una conexión estable en el cerebro que facilita su ejecución futura.
Esta es precisamente la razón por la cual siempre puedes montar en bicicleta, pero no necesariamente recordar una película. Además, es posible que la película en cuestión simplemente no haya dejado una impresión duradera debido a su calidad o impacto emocional.
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