El último Ferrari en cuyo diseño participó Enzo Ferrari y con el sello de Pininfarina. El F40 es todo un icono de los años 90' y de los coches deportivos de alto rendimiento. Seguramente, junto al Ferrari 250 GTO, las dos obras maestras de la marca de Maranello.

Para encontrar estas joyas, Amelia Island es un lugar ideal en el que cada año se reúnen los mejores subastadores (y los pujantes más pudientes) para encontrar dueño a coches de ensueño. Finalmente,, el Ferrari F40 de especificación estadounidense (solo 213 unidades) ha sido vendido por casi 2,5 millones de dólares.

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El Ferrari F40 de Amelia Island: una pieza única

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Ferrari F40 subastado por Gooding & Company (3 imágenes)

Lo más destacable de este Ferrari F40 son sus 6.115 kilómetros de recorrido, una cifra realmente escasa para un coche que se encuentra en perfectas condiciones y que ha sido certificada por Ferrari Classiche.

El F40 cuenta con un motor F120 A V8 a 90º DOHC (con doble árbol de levas en cabeza de cada bancada de cilindros) biturbo de 3,0 litros, con inyección electrónica firmada por Weber-Marelli y una caja de cambios manual de 5 velocidades.

En total, el bólido genera 478 CV y 577 Nm de par máximo, y además goza de una de las estéticas más icónicas de la historia de la automoción. El proyecto fue el último supervisado personalmente por Enzo Ferrari, y su fabricación duró desde 1987 hasta 1992.

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Ferrari F40 subastado por Gooding & Company (3 imágenes)

Además, cabe destacar que su motor está derivado del F114B biturbo del Ferrari 288 GTO, su predecesor. De hecho, se considera a ambos los dos últimos Ferrari de la vieja escuela.

La unidad monta llantas Speedline de 17" con un sistema de frenada completa compuesta de discos perforados Brembo de 330 mm. En las entrañas del coche, por otro lado, posee un chasis de acero tubular y suspensiones independientes de doble horquilla, similares a las del 288 GTO.

Puede hacer el 0 a 100 km/h en solo 3,8 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 305 km/h. Un coche enfocado completamente al circuito pero legal para su conducción en la calle, que ahora estará en el garaje de una (muy) afortunada persona con mucho gusto.

Este artículo fue publicado en Top Gear por Rodrigo García Vita.