Hacer una lista sobre los fails tecnológicos más flagrantes no creáis que es una misión sencilla, ya que a lo largo de toda la historia de la tecnología ha habido muchos y algunos muy sonoros, porque la propia esencia de la creación es el fracaso, ya que tiene las mismas posibilidades que el éxito.

La verdad es que algunos casos no se esperaban, por eso de lo extraño de su resultado, pero es que hay otros en los que no se entiende demasiado como se dieron cuenta de donde se estaban metiendo.

Algunos son excesivamente excéntricos, otros demasiado ingenuos, algunos te hacen esbozar una sonrisa y otros te obligan a llevarte las manos a la cabeza.

Aunque con todos los fails tecnológicos que ha habido daría para escribir una enciclopedia, vamos a enseñaros algunos de los que nos parecen que fueron más sonados y que demuestran que, ni las empresas más potentes del mundo, están en posesión del éxito seguro.

Índice de contenido:

• Sistema 2000 fue el primero en caer (1988)
• Apple QuickTake, menos mal que volvió Steve Jobs (1997)
• Google Glass: demasiado pronto, tal vez (2012)
• Google Reader: otra víctima de Google (2013)
• Microsoft Band: buen producto, mala época (2014)
• Samsung Galaxy Note 7 y su batería (2016)
• Pebble, los primeros relojes inteligentes (2016)
• Windows Phone: condenado por las apps (2019)
• Tesla Cybertruck: error de cálculo (2019)
• Terminales extraños de LG (2020)

Sistema 2000 fue el primero en caer (1988)

Aunque la mayoría de las discusiones sobre el vídeo doméstico se centraba en los que eran e VHS y los que tenía Betamax, lo cierto es que hubo otra alternativa que perdió antes de esta, como era el Sistema 2000 de Philips.

Tenía muchas cosas positivas como el hecho de venir en una carcasa resistente y cerrada, pero el problema fue de integración, puesto que pocas empresas optaron por esta solución, lo que se convirtió en el fin de un sistema que solo vendió en Europa.

Apple QuickTake, menos mal que volvió Steve Jobs (1997)

Aunque no te lo creas, Apple lanzó en los 90 una cámara fotográfica digital, la Apple QuickTake.

No solamente no era la mejor del mercado (estaba lejos de serlo) sino que encima era cara y no todo el mundo podía permitirse comprar una.

Imaginaros lo buenas que eran y lo bien que le fue a Apple con ellas, que nada más que Steve Jobs volvió a ser quien mandaba, dejaron de producirlas, junto con otros productos que hoy en día chocan con la imagen de Apple, como era su división de impresoras.

Google Glass: demasiado pronto, tal vez (2012)

En 2012 el cofundador de Google, Sergey Brin, apareció en el escenario del Moscone Center bajando con un paracaídas y con las Google Glass puestas.

Era el producto estrella que presentaba Google y como tal, la parafernalia era espectacular, con todo para que se coinvertirán en el éxito de ese año y venideros.

Lamentablemente no fue así, arrastrado principalmente por dos razones. La primera era su precio, demasiado elevado para que fuera más global. La segunda era el miedo de muchos usuarios a perder la poca intimidad que les quedaba, ya que estas gafas iban a estar casi todo su día funcionando.

También puede darse una tercera razón, ya que 2014 puede que fuera demasiado pronto para un producto de estas características. En 2015 Google las retiró del mercado.

Google Reader: otra víctima de Google (2013)

Si nos ponemos a enumerar la cantidad de aplicaciones que Google ha ido cerrando durante los últimos años, deberíamos escribir un artículo solo para tratar ese tema.

Pero nos vamos a centrar en Google Reader, un buen lector de RSS que tenía un diseño simple, pero eficaz, sin fotos enormes y como si fuera una bandeja de entrada de un email.

Cerró en 2013 porque Google decidió darles más importancia a los agregadores automáticos como Discover. Fueron muchas personas las que perdieron todos feed teniendo que emigrar a Feedly o dejando de ver RSS.

Microsoft Band: buen producto, mala época (2014)

El problema de la Microsoft Band no radica tanto en el producto, sino en la mala suerte de su fecha de lanzamiento.

La verdad es que para haberse lanzado en 2014 no estaba nada mal, puesto que, además de un diseño bastante futurista, bien acabado y atractivo, esta pulsera de actividad tenía funciones inteligentes muy interesantes como el asistente de voz de Cortana o la integración con los servicios de Microsoft (Salud, Calendario, Outlook), todo ello por 199 dólares.

El problema fue que solo cinco meses después Apple lanzó su primer Apple Watch y la pulsera de Microsoft pasó al olvido. 

Es más, en 2015 saco la segunda edición, acabando por hacer un reembolso de 175 dólares a los usuarios que lo solicitasen a cambio de cerrar los servicios online de la pulsera en 2019.

Samsung Galaxy Note 7 y su batería (2016)

Pese a ser una empresa tan grande, Samsung ha tenido uno de los fracasos más sonados, retransmitido por redes sociales, de cuantos se recuerdan en los últimos años.

El problema de los Galaxy Note 7 radicaba en su batería, la cual se calentaba en exceso, habiendo casos en los que explotaba, como se podía ver en un buen número de vídeos que pululaban cada día por Twitter o Facebook.

El momento más surrealista, el cual marco el auge de esta crisis, fue la petición expresa en muchas aerolíneas e incluso gobiernos de que la gente que tuviera ese terminal no lo subiera a un avión por el peligro que aquello constituía.

Gracias a esto, muchas empresas se dieron cuenta de que lanzar un producto apresuradamente podía convertirse en una pesadilla.

Pebble, los primeros relojes inteligentes (2016)

Antes incluso de que salieran los Apple Watch, Pebble ya había desarrollado un reloj inteligente, bueno para su época y con una duración de batería de una semana.

El problema es que apareció Apple con su reloj y desde Pebble no supieron o no pudieron adaptarse a lo que el usuario demandaba por entonces, siguiendo con una forma de realizar los smartwatches que ya estaba pasado de moda. En 2016 lamentablemente desapareció la empresa.

Windows Phone: condenado por las apps (2019)

Windows Phone era un muy buen sistema operativo para móviles, ya que estaba muy bien implementado y tenía características que después copiarán los principales competidores con Android o iOS como eran el modo oscuro o la incorporación de aplicaciones como widgets.

El problema es que el propio sistema fue el que se condenó a sí mismo al fracaso al faltarle aplicaciones esenciales para los dispositivos inteligentes como eran Instagram o Snapchat, además de costarle bastante tiempo tener WhatsApp.

Evidentemente, con estas carencias, muchos usuarios no querían pasar a tener un móvil con Windows Phone. 

Tesla Cybertruck: error de cálculo (2019)

En el año 2019, Tesla, de la mano de Elon Musk, presentaba el Cybertruck, una especie de pick-up con forma de tanqueta y cuyo precio más económico se decía que estaba en unos 39.000 dólares con una autonomía que estaba en unos 402 kilómetros.

El problema llegó cuando intentaron demostrar que los cristales del vehículo eran indestructibles, llegando a comentar el propio Musk, que este tipo de cristal puede “resistirlo todo, no hay nada que se le parezca”.

Fue entonces cuando uno de los colaboradores lanzó una bola metálica hacia una de las ventanillas del vehículo para demostrar su capacidad, pero consiguiendo romper el cristal a la primera. Las risas en el auditorio y las caras de circunstancia de Musk y su colaborador eran muy evidentes.

El colaborador volvió a coger otra bola, la lanzó sobre las ventanillas traseras y también se rompieron. Los comentarios en redes sociales, memes y videos burlándose del Cybertruck no se hicieron esperar.

Hoy en día dicho proyecto ni siquiera aparece en la web de Tesla.

Terminales extraños de LG (2020)

La verdad es que LG ha sido una empresa que se caracterizaba por arriesgar en el diseño de sus terminales, pero parece que en los últimos tiempos se les fue la mano, puede que, por la presión de unos resultados económicos nada buenos, algo que a la larga acabaría con el abandono de la fabricación de smartphones.

La prueba más fidedigna de esos diseños algo estrambóticos que no calaron entre los usuarios fue el LG Wing con su doble pantalla y el plegado en lateral tan extraño que tenía este móvil.

Estos son algunos de los batacazos más importantes de la historia de la tecnología. Lo que está claro es que estos fails tecnológicos, provocados por los propios fabricantes, por las circunstancias o por la obcecación en sus modelos, supusieron un punto de inflexión o la desaparición de sus firmas.