Lo que hace unos años fue un total boom, actualmente parece que el concepto de metaverso están algo en las sombras. A pesar de las ambiciosas promesas, quizá se esté enfrentando a una serie de problemas que plantean dudas sobre su realización y éxito. 

Para que te hagas una idea, el metaverso es una red de entornos virtuales que siempre se encuentran activos a los que las personas acceden a través de dispositivos especiales como gafas de realidad virtual o aumentada para interactuar social y económicamente como avatares. 

No necesariamente hay que tener uno de esos dispositivos para acceder, puede ser desde un móvil, pero la experiencia total reúne todas las sensaciones generadas por estos.

Este concepto en sí no hace referencia a un tipo específico de tecnología, sino a un cambio en la forma en la que los humanos interactúan con ella. Es como una segunda realidad digital en la que puedes interactuar con nuestros amigos e incluso tener un trabajo en el espacio digital.

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"El metaverso representa un horizonte lleno de promesas, pero también de retos. Una de las principales barreras es la falta de familiaridad y comprensión del metaverso por parte de la mayoría de la sociedad. A esto se suma la necesidad de dispositivos especializados y de alta gama para acceder a experiencias más inmersivas, lo que limita su accesibilidad", explicaba en una entrevista para Computer Hoy Josep Hilari, director de Marketing e Innovación Digital de Ingram Micro.

"Además, existe cierto escepticismo por parte de las empresas y usuarios finales debido a preocupaciones sobre privacidad y seguridad en estos entornos digitales. Aunque, la garantía de la organización, así como el marco legislativo de Europa, protegen a los usuarios finales ante las siguientes cuestiones", añade.

Hoy en día, la motivación detrás del metaverso va mucho más allá del entretenimiento después de darse cuenta del potencial de mercado empresas como Microsoft, Google, Roblox, Shopify, JP Morgan, Nike, Adidas, McDonald's, etc. El potencial en auge del metaverso, sin ir más lejos, llevó al CEO de Facebook, Mark Zuckerberg, de cambiar el nombre de su empresa, Facebook, a Meta en 2021.

Sin embargo, y viendo que este concepto está ampliamente polarizado, ¿en qué punto se encuentra actualmente el metaverso? ¿Cuál es la previsión de cara a un futuro cercano? ¿Formará parte del día a día de los usuarios?

• El estado actual del metaverso: todavía queda mucho trabajo por hacer
• ¿Qué ocurrirá en un futuro a corto plazo? 

El estado actual del metaverso: todavía queda demasiado trabajo por hacer

Aunque todavía no se ha alcanzado un metaverso completamente realizado, se está viendo un gran progreso. Las principales empresas de tecnología y nuevas startups están realizando una gran inversión en tecnologías de realidad virtual, realidad aumentada y realidad extendida, como las Vision Pro de Apple.

Además, parece que los jóvenes serán una gran pieza para que finalmente el metaverso tome forma: "Los jóvenes están mucho más preparados para este tipo de experiencia en mundos virtuales temáticos", explica Aurelio López-Tarruella, director de la Cátedra para el desarrollo responsable del metaverso de la Universidad de Alicante, España.

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"Si el metaverso no ofrece experiencias significativas, entonces no me interesa, por lo que los juegos son un excelente punto de entrada para ofrecer grandes experiencias", dice Daniel D Bryant, educador de realidad virtual con sede en Gales y fundador de Collaborative Realities.

Ahora bien, no todo es tan positivo como parece. Detrás de grandes proyectos como este siempre hay una parte negativa que también hay que contar. No todo son ventajas y no es un mundo ideal sin problemas. 

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La construcción de un metaverso funcional y que realmente cale en la sociedad requiere tecnologías avanzadas, como la realidad virtual y aumentada, la inteligencia artificial y la conectividad ultrarrápida. 

Estos avances están en desarrollo, pero aún no han alcanzado su pleno potencial. Además, se exigen enormes inversiones financieras y recursos técnicos. Poniendo algunos ejemplos simples, aquí hay algunos puntos claves a resolver:

• Latencia y conexión: la latencia es el tiempo de retraso entre una acción y su respuesta en el metaverso. Para una experiencia fluida, la latencia debe ser mínima. Esto se logra a través de redes de alta velocidad y tecnologías como el 5G.
• Gráficos y realismo: mejorar la calidad gráfica es esencial para aumentar la inmersión en el metaverso. Esto implica el desarrollo de gráficos más realistas y hardware más potente.
• Interacción natural: para que el metaverso se sienta auténtico, la interacción debe ser lo más natural posible. Esto incluye la incorporación de gestos, voz y seguimiento ocular para que las interacciones virtuales se asemejen a las del mundo real.

¿Qué ocurrirá en un futuro a corto plazo?

Un estudio reciente —del Centro de Investigación Pew y Centro Imaginando Internet de la Universidad Elon— de 624 expertos en tecnología encontró que el 54% cree que el metaverso será un aspecto mucho más refinado, verdaderamente inmersivo y que funcione bien para 500 millones o más de personas en todo el mundo para 2040. El 46% de los expertos cree que el metaverso no será tan adoptado o inmersivo.

Los expertos que creen que el metaverso progresará en consonancia con los avances tecnológicos, como el aumento de la potencia de procesamiento, la velocidad de la red y la accesibilidad de los dispositivos, haciendo que sea más fácil y asequible para las personas participar. Como era de esperar, estos también temen que estos nuevos mundos magnifiquen todos los rasgos y tendencias humanos, tanto los malos como los buenos.

Sea como fuere, si el metaverso se convierte finalmente en el sucesor de la internet, quién lo construye, y cómo, debe ser extremadamente cauto, ya que supondrá grandes cambios en la economía y la sociedad en su conjunto.

Y también es una realidad que para el común de las personas el término y el concepto que representa aún les resulta extraño y confuso, y no está en línea con sus preocupaciones cotidianas. Toca, por el momento, esperar.