Generalmente, se ha asociado eso de hablar con uno mismo con no estar demasiado bien de la cabeza. De hecho, incluso a día de hoy todavía es posible que si te encuentras a alguien hablando solo, ya sea en el trabajo, en el tren o en cualquier parte, te muestres un poco reticente… en el mejor de los casos. 

Sin embargo, la propia ciencia no parece estar muy de acuerdo. Según se ha demostrado en diversas ocasiones, hablar contigo mismo puede ser una práctica sumamente beneficiosa para la mente y el cerebro. 

O, al menos, así parecen sugerirlo diferentes expertos en sus estudios sobre el tema. ¿Deberíamos entonces procurar hacerlo más todos? 

Hablar contigo mismo, ¿señal de locura o práctica saludable?

En una investigación compartida por el Quarterly Journal of Experimental Psychology, se llegó a una conclusión sorprendente: no solo cada vez hay más gente que habla sola, sino que esta tendencia puede ayudar a superar muchos obstáculos psicológicos. Más que nada porque, a juzgar por sus interpretaciones, permite organizar los pensamientos y aclarar la mente. 

Si este estudio está en lo cierto, además, tendría bastante lógica que se trate de una costumbre en auge. Los científicos piensan que puede resultar una buena manera de reducir el estrés y aliviar la ansiedad; dos problemas que abundan hoy en día. De hecho, investigadores señalan que expresar emociones en voz alta puede disminuir la actividad en la región del cerebro asociada con el miedo.

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Así las cosas, hablar contigo mismo supondría un bálsamo a la hora de encontrar paz y tranquilidad, pero también tendrías otras ventajas. Como expresa un trabajo compartido en Science Direct, el cerebro podría incluso perder parte de sus habilidades racionales si uno dejase de hacerlo. Se trataría de una señal de inteligencia que, obviamente, solo los humanos son capaces de realizar. 

De hecho, hablar solo puede estimular la actividad cerebral y fomentar la creatividad. La Universidad de Wisconsin-Madison encontró que las personas que hablaban solas mientras realizaban tareas creativas mostraban un aumento en la actividad cerebral en regiones asociadas con la generación de ideas y la resolución de problemas. Otra razón más para hacerlo.

Entrenar la memoria

Si lo piensas con calma y tienes presentes tus días de estudios, te vendrán a la cabeza que intentar retener una información no es otra cosa que repetírtela a ti mismo. Casi como hablar solo, o directamente hacerlo. Y la ciencia ha llegado a la conclusión de que esto tiene una razón bastante lógica. 

Hablar contigo mismo, según la revista Nature, potencia el aprendizaje y mejora la retención de la memoria. O dicho de otra forma, resulta incluso más beneficioso que solamente leer y, de alguna forma, sería algo así como entrenar los recuerdos, haciéndolos más fuertes.

Así que, atendiendo a todos estos trabajos y estudios, los expertos parecen tenerlo claro: hablar contigo mismo no solo no tiene por qué ser sinónimo de estar perdiendo los papeles, sino más bien todo lo contrario: mejora bastante el funcionamiento de tu cerebro.