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Microtraumas: no hace falta vivir una situación límite para devastar la salud mental

Microtraumas: no hace falta vivir una situación límite para devastar la salud mental
  • La psiquiatría avala que no es necesario un evento terrible para sufrir un trauma: los microtraumas pasan desapercibidos y pueden llegar a deteriorar drásticamente la salud mental.
  • La infancia y adolescencia son cruciales, aunque siempre hay espacio para la recuperación psicológica del estrés, la ansiedad, la depresión o los síntomas adversos a causa del microtrauma.
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Cuando pensamos en traumas, a menudo imaginamos desastres naturales, abusos, muertes o grandes tragedias. Sin embargo, el concepto de microtrauma introduce una realidad más sutil y cotidiana que desafía esta percepción. 

Cada vez conocemos y nos preocupamos más por la salud mental, y lejos de lo que se puede llegar a creer popularmente, la psiquiatría aboga actualmente porque un trauma puede estar generado por una ruptura de pareja, presión laboral, acoso escolar o rechazo social repetido.

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Rosa Molina, respetada psiquiatra del Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid y autora de la obra: "Los microtraumas. Cómo identificar tus heridas emocionales para que tu pasado no condicione tu futuro", argumenta que no es necesario vivir eventos de magnitud extrema para sufrir un impacto emocional devastador.

Los microtraumas, son pequeñas heridas emocionales, experiencias menos intensas pero repetitivas, que pueden ser igualmente perjudiciales. Estos eventos, aunque no ponen en peligro la vida, tienen el potencial de afectar profundamente nuestro bienestar psicológico, sobre todo cuando se incluyen en la vida sin percibirlos.

Aunque sutiles, pueden dejar una huella imborrable en nuestra forma de relacionarnos, de ver el mundo y de percibirnos a nosotros mismos. Estos microtraumas inundan nuestras conductas y pueden manifestarse de maneras diversas, desde dolores de cabeza y molestias gástricas hasta cambios en nuestras relaciones interpersonales.

Pero también en síntomas cercanos a la depresión o la ansiedad, como despersonalización, problemas de sueño, cambios de humor, ataques de pánico o agorafobia. En definitiva, un malestar continuo que dificulta la vida normal.

La acumulación y repetición de estas situaciones sutiles y disfuncionales puede ser pasada por alto, y al final desencadenar una respuesta de estrés crónico en el cuerpo

La infancia y adolescencia son periodos clave para la salud mental

La infancia y la adolescencia son etapas cruciales donde estos microtraumas pueden configurar un cerebro aún en desarrollo, influenciando cómo los jóvenes se ven a sí mismos y cómo interpretan el mundo.

Aunque siempre hay espacio para la recuperación, destacando la importancia de buscar apoyo profesional cuando sea necesario, esta implica no solo la verbalización de los sentimientos, sino también la integración de estas experiencias traumáticas en nuestra narrativa de vida.

En definitiva, los microtraumas reflejan que no se necesitan experiencias de alta intensidad para desencadenar un trauma emocional y por ello es necesario reconocer y abordar estos eventos sutiles, subrayando la importancia de nuestra salud mental en el día a día.

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Etiquetas: Salud