Turista devuelve objetos robados de Pompeya después de sufrir “una maldición”
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- La maldición de Pompeya sigue haciendo estragos entre todos los turistas que no dudan en robar estas piedras en sus visitas.
- El Parque arqueológico de Pompeya está repleto de cartas de personas que devuelven piedras robadas tras sufrir distintas “maldiciones”.
- El primer cosmonauta muerto en misión espacial, cuando la política era más importante que las vidas humanas.
Es bastante habitual que en nuestros viajes por el mundo nos traigamos distintos recuerdos como puede ser fotografías, vídeos, elementos que podemos adquirir en tiendas o incluso cualquier cosa que encontremos en la naturaleza, pero cuando hablamos de Pompeya, esto tiene un peligro moral y quizás hasta místico.
Durante bastantes años, muchos turistas que visitan la ciudad de Pompeya, no dudan en recoger pequeñas piedras para llevárselas de recuerdo a sus casas, algo que atenta contra la ética, sin olvidar que están visitando un sitio declarado Patrimonio de la humanidad.
Pero hay algo extraño en esas cenizas volcánicas y piedras pómez que pueden encontrarse en la antigua ciudad romana de Pompeya, y es que parece que llevan una maldición en su interior.
De hecho, el Parque arqueológico de Pompeya lleva años recibiendo un montón de cartas de antiguos visitantes arrepentidos que, tras sufrir una supuesta maldición, han devuelto las cenizas o piedras extraídas de la ciudad.
Y recientemente Gabriel Zuchtriegel, director del parque arqueológico de Pompeya, mostró una carta a todos sus seguidores de otra persona arrepentida, y junto a la carta varios fragmentos extraídos anteriormente de Pompeya que ahora han sido devueltos.
"No sabía nada de la maldición. No sabía que no debía tomar piedras. Al cabo de un año, tuve cáncer de mama. Soy una mujer joven y sana, y los médicos dijeron que era simplemente 'mala suerte'. Por favor, acepte mis disculpas y estos artículos”.
No es la única carta, también anteriormente se han reportado otras personas arrepentidas: "Ahora tengo 36 años y tuve cáncer de mama dos veces. La última vez terminó en una doble mastectomía. Mi familia y yo también tuvimos problemas económicos. Somos buenas personas y no quiero transmitir esta maldición a mi familia ni a mis hijos”.
Evidentemente, la maldición no es real, pero el hecho de que muchas de estas personas se enteren a posteriori de la supuesta maldición, cuando sufren este tipo de circunstancias negativas en la vida, lo enlazan directamente con esta circunstancia mística.
Lo que está claro, es que hay que respetar el entorno, la naturaleza y más sitios que son Patrimonio de la humanidad, y quizás una acción tan inocente como puede ser extraer un pequeño trozo de piedra, pueda acabar maldiciéndote toda la vida.
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