Tras prohibir a los alumnos usar ChatGPT para hacer los deberes, resulta que ahora los profesores están usando herramientas como Writable, basadas en ChatGPT, para corregir exámenes y trabajos. Ambas cosas parecen igual de polémicas.

La inteligencia artificial ha comenzado a integrarse en la educación, y muchos se preguntan si es demasiado pronto. El problema es que está ocurriendo demasiado rápido, cuando la IA generativa prácticamente acaba de nacer. Aún es imperfecta y comete muchas alucinaciones. ¿Podemos confiarle la educación de los jóvenes?

Cuando ChatGPT se estrenó hace apenas un año, rápidamente fue "adoptado" por estudiantes y alumnos, que encontraron en la IA un genio de la lámpara capaz de cumplir todos sus deseos. Es decir, hacerles los deberes y los trabajos de clase.

Los profesores abrazan ChatGPT para corregir trabajos

El uso de ChatGPT para que te haga las tareas de clase es una solución a corto plazo para los alumnos, pero nefasta para su educación. Si no aprenden por su cuenta, no podrán aprobar los exámenes.

Rápidamente los profesores comenzaron a prohibirlo, al mismo tiempo que adoptaban medidas como los exámenes orales e, incluso, la vuelta al papel y bolígrafo.

Pero resulta que ahora los profesores están usando ChatGPT para corregir trabajos de los alumnos y ofrecerles consejo, con herramientas como Writable, Crowdmark, EssayGrader y Gradescope.

La más popular de todas es Writable, que hace poco fue comprada por Mifflin Harcourt, una empresa que proporciona el material educativo al 90% de los institutos de Estados Unidos, según explica el medio Axios.

Writable es una herramienta basada en ChatGPT para profesores que trabajan en los cursos de 8 a 18 años. Puede hacer muchas cosas, desde currículos a corrección de trabajos escolares. Introduces la redacción o el ensayo de los alumnos, y Writable lo evalúa y ofrece consejos al alumno para mejorar, diciéndole lo que ha hecho mal, o lo que debe cambiar.

La recomendación de Writable es que el profesor repase el resultado y corrija lo que crea conveniente, antes de entregarle la evaluación al alumno. La gran pregunta es: ¿cuántos lo hacen?

Hace 4.000 años, los profesores también corregían con tinta roja los deberes de los alumnos

Entre los defensores de estas herramientas de IA para los profesores, están aquellos que afirman, con razón, que la gran mayoría de los profesores están saturados de trabajo. No pueden dedicar tiempo a sus alumnos de forma individualizada, y corregir deberes o exámenes les quita aún más tiempo.

La IA puede ayudarles a completar más rápido tareas rutinarias, siempre que las supervisen.

Los que están en contra afirman que si la IA generativa corrige los trabajos de los alumnos, el profesor no puede saber correctamente la evolución de los alumnos, ni en qué deben mejorar.

En edades tan tempranas, a veces las redacciones de clase esconden peticiones de auxilio encubiertas de alumnos que tienen problemas en casa, o situaciones de acoso escolar, y eso una IA no lo detecta.

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Precisamente, la edad es uno de los puntos de conflicto: de los 8 a los 18 años, que son los cursos que abarca Writable, es cuando los alumnos necesitan más orientación, al menos hasta los 12 o 14 años, y es justamente cuando más importante resulta el profesor.

Por otro lado, la IA generativa actual aún falla demasiado y genera muchas alucinaciones, así que parece arriesgado usarla en labores críticas de educación, como es la corrección de un trabajo escolar.

Es inevitable que la IA acabe siendo usada tanto por los alumnos como por los profesores. Pero aún estamos en una fase experimental. Por eso es importante emplearla con responsabilidad.