La pregunta de qué fue primero, el huevo o la gallina, ha intrigado a la comunidad científica durante siglos. Se trata de un dilema que parece no tener solución, pues implica una contradicción lógica: si la gallina proviene de un huevo, ¿quién puso ese huevo? 

Este problema ha estimulado el razonamiento y la imaginación de generaciones enteras, convirtiéndose en un símbolo de la filosofía. Sin embargo, en pleno siglo XXI, la ciencia ha logrado desentrañar este enigma con la ayuda de la inteligencia artificial. 

Aplicando los principios de la biología y la evolución, la IA ha podido reconstruir el origen de las aves y su relación con los reptiles. Así, ha encontrado la respuesta definitiva a la cuestión que tanto nos ha atormentado: el huevo fue primero que la gallina.

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¿Qué fue primero, el huevo o la gallina?

Desde un punto de vista científico, la respuesta parece clara: el huevo fue primero. ¿Por qué? Porque las gallinas actuales son el resultado de un largo proceso evolutivo que comenzó con animales que ya ponían huevos mucho antes de que existieran las aves. 

La evidencia genética y fósil muestra que las aves son descendientes de los dinosaurios terópodos, un grupo de reptiles que vivieron hace millones de años y que tenían la capacidad de producir huevos. 

A lo largo de la historia de la vida, las mutaciones y la selección natural fueron moldeando las características de estos animales hasta dar origen a las diferentes especies de aves que conocemos hoy, incluyendo las gallinas. 

Por tanto, se pudo afirmar que el huevo es anterior a la gallina, ya que los ancestros de esta última lo utilizaban como forma de reproducción mucho antes de que se diferenciaran como especie.

Un grupo de científicos de la Universidad de Warwick y Sheffield en Inglaterra ha descubierto el papel clave que desempeña una proteína llamada ovocledidina-17 (OC-17) en la formación de la cáscara de huevo. 

Esta proteína se encuentra en los ovarios de las gallinas y actúa como un catalizador para acelerar la cristalización del carbonato de calcio, el principal componente de la cáscara. Según los investigadores, este mecanismo implica que la gallina debe haber existido antes que el huevo. 

Así lo explican en un artículo publicado en la revista Science, donde detallan el proceso biológico que permite a las gallinas producir huevos con cáscara en unas 24 horas.

La inteligencia artificial ofrece una herramienta poderosa para resolver el misterio de las aves y los huevos. Al aplicar métodos estadísticos y computacionales, la IA puede examinar los datos disponibles sobre la historia evolutiva de las especies y los factores genéticos que influyen en su desarrollo. 

De esta forma, la ciencia y la tecnología se alían para desentrañar misterios que han fascinado a los investigadores a lo largo de la historia y así poder desvelar la secuencia de eventos que condujo a la aparición de las aves y la formación de los huevos, desde una perspectiva objetiva y científica.