Es difícil imaginar una ciudad sin gigantes de hormigón y acero. Pero, ¿y si  el modesto bambú podría ser el protagonista de la revolución arquitectónica del siglo XXI? No, no es una idea tan descabellada. Es una posibilidad respaldada por investigaciones recientes.

El bambú, conocido por su flexibilidad y resistencia, ha sido objeto de estudio en la construcción durante siglos. Sin embargo, las investigaciones han ido un paso más allá. Según un estudio reciente de Sciencedirect, el uso de tornillos y placas metálicas para conectar estructuras de bambú es una técnica viable que podría ser una alternativa efectiva a las tradicionales conexiones de hormigón.

250 pruebas para ensamblar su fibra unidireccional en acero con tornillos de diferentes materiales, grosores, espacios, cantidades, diámetro y en definitiva todo un modelo predictivo que ha analizado la forma óptima, y más segura para no resquebrajar la estructura, han sido rotundamente positivas.

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¿Serían capaces de aguantar el peso? Los resultados del estudio muestran que la capacidad de rendimiento de una conexión atornillada de bambú es de alrededor de 1.85 ± 0.4 kN por tornillo, similar tanto para acero al carbono como para acero inoxidable.

¿Qué significa esto? Básicamente, que este tipo de conexión puede resistir tanto como las tradicionales conexiones de hormigón y acero, pero con una huella ecológica mucho menor." Esta resistencia adicional podría traducirse en edificios más seguros y sostenibles en zonas propensas a terremotos o condiciones climáticas extremas.

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Entonces: ¿podrían estas conexiones ser una alternativa sostenible y duradera a las tradicionales de hormigón y acero? La respuesta parece ser un rotundo sí. Sin embargo, para aprovechar al máximo los beneficios medioambientales del bambú, es esencial minimizar la cantidad de acero utilizado. 

En este sentido, hay ciertos matices que considerar. La conexión propuesta aún está en sus primeras fases de estudio y, aunque el bambú es renovable, la producción de acero para los tornillos y placas tiene su propio impacto ambiental. Además, el éxito de la técnica depende de varios factores, como el espaciado y número de tornillos, o la elección de la placa adecuada. 

Ventajas del bambú sobre la madera

La madera podría ser considerada la gran rival ecológica y tradicional del bambú. Ambas promueven una construcción natural y su producción o incluso uso puede ayudar a limpiar de carbono la atmosfera. Ahora bien hay una diferencia fundamental entre ambas: su crecimiento.

El bambú crece exponencialmente más rápido que la madera. Mientras un árbol puede tardar en desarrollarse varias decenas de años, dependiendo del tipo, el bambú crece en cuatro o cinco años, lo que facilita de gran manera la logística.

¿Por qué no ha sido utilizado antes el bambú en la construcción? 

El bambú, como recurso natural renovable, ha sido utilizado en construcciones por civilizaciones antiguas, especialmente en Asia. Pero si nos preguntamos por qué no ha sido considerado anteriormente de manera masiva como un reemplazo principal para el hormigón y el acero en construcciones a gran escala, hay varias razones.

Hasta ahora, para impedir que el bambú se agrietara, se empleaban métodos complicados. Uno de ellos era rellenar el interior del bambú con mortero de cemento. Esta técnica fortalecía el bambú, permitiendo después unir piezas con tornillos y pernos sin perjudicar su estructura. La llegada del método predictivo del atornillado de bambú abre nuevas posibilidades de uso.

• Tradiciones y normativas: La construcción moderna se ha desarrollado sobre fundamentos de hormigón, acero y madera. Cambiar a materiales alternativos a menudo enfrenta resistencia debido a normativas, estándares de construcción y la reticencia de la industria a adoptar nuevos métodos.
• Durabilidad y tratamiento: El bambú es susceptible a plagas y se pudre si no se trata adecuadamente. En el pasado, no se disponía de técnicas avanzadas para tratar y preservar el bambú, lo que limitaba su durabilidad comparada con el hormigón o el acero.

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• Percepción: A menudo se percibe que los materiales tradicionales, como el hormigón y el acero, son más fuertes o duraderos que alternativas naturales. Este estigma ha llevado a preferir materiales más establecidos en proyectos de construcción a gran escala.
• Investigación y desarrollo: Solo recientemente, con el auge de la sostenibilidad y la innovación tecnológica, se ha invertido significativamente en investigación y desarrollo para aprovechar al máximo las propiedades del bambú en la construcción.

• Recursos y economía: Las regiones con amplio acceso al bambú no siempre coincidían con las zonas de mayor desarrollo industrial y económico. El transporte del bambú a largas distancias podría haber sido considerado poco práctico o costoso en comparación con la producción local de hormigón o acero.
• Herramientas y técnicas: La maquinaria y herramientas utilizadas en la construcción moderna están diseñadas para materiales como el hormigón y el acero. Adaptarse al bambú requeriría cambios en las técnicas de construcción y en la formación de los trabajadores.
• Cambio climático y conciencia ecológica: La creciente preocupación por el cambio climático y la necesidad de soluciones de construcción sostenibles ha impulsado la reevaluación de materiales como el bambú.

A pesar de estos desafíos, el estudio presenta un futuro emocionante para el mundo de la construcción, quizá con bambú. 

En un momento en que el cambio climático está en boca de todos, soluciones como esta nos recuerdan que a veces, la respuesta puede estar en la naturaleza misma o las tradiciones antiguas.