El buen uso de la tecnología e innovación: cómo nos ayuda a salvar el planeta Tierra
Que estamos destruyendo el paneta es un hecho. Lo que también es muy real son las grandes facilidades que la tecnología no está proporcionando para luchar, en gran parte, contra este gran problema.
Para muchos países del mundo, desde EE.UU., Reino Unido, hasta China y Japón, y, por supuesto, España, julio de 2022 ha sido uno de los meses más calurosos desde que se iniciaron los registros mundiales en el siglo XIX, que ni la más avanzada tecnología ha podido evitar.
Las olas de calor provocaron incendios forestales mortales y muy destructivos que, además, desplazaron a miles de personas y animales de sus hogares. Sin embargo, esto no es todo, ya que, muchos países, especialmente en Europa, se enfrentan a la contaminación atmosférica causada por las temperaturas extremas.
Esto son solo ejemplos cercanos a nosotros, pero es ya bien sabido por todos que el planeta está en peligro. Los seres humanos están causando y luchando contra la deforestación, la acidificación de los océanos y el aumento de las temperaturas, por nombrar algunos de nuestros legados menos perjudiciales.
Los hechos que nos rodean son complejos y, en muchas ocasiones resulta complicado comunicarse con ciertos sectores de la población reacia a ver el impacto negativo que generamos y las consecuencias que ya estamos viendo. Quizá toda esta ira sea fruto de muchas malas noticias y devastación de nuestro paneta pero rara vez los medios o Gobiernos ofrecen soluciones efectivas.
Puede que menos controvertida (aunque ningún sector se libra de las críticas), por tanto, puede ser la idea de que la tecnología tiene un papel que desempeñar para hacer de nuestro planeta un lugar más cómodo y sostenible para que los humanos sigan avanzando.
A medida que la tecnología se vuelve más avanzada, sus efectos adversos en nuestro planeta se reducen mientras aumenta su potencial de impacto positivo. Esta situación, en la que todos ganan, nos ayuda a mejorar nuestro planeta.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que algunas de estas tecnologías conllevan sus propios riesgos. De hecho, nuestra mejor apuesta para ayudar a nuestro planeta también podría suponer el fin de nuestra especie. Eso sí, si nos quedamos quietos, el resultado sabemos 100 % cuál va a ser.
- Un estilo de vida más inteligente
- Menos energía para hacer cosas y más limpia
- Fauna en peligro de extinción
- Producción de alimentos cada vez más ecológica
- La Inteligencia Artificial a los mandos del progreso
Un estilo de vida más inteligente
El hombre, poco a poco, ha ideado formas de vivir un estilo de vida cómodo, seguro y sostenible que encima ayuda al medio ambiente. Las casas inteligentes (smart home) que abogan por un estilo de vida ecológico y por reducir los residuos están ganando popularidad hoy en día.
Estas casas funcionan con sensores avanzados que ayudan a ahorrar energía en las actividades diarias. Suelen estar alimentadas por una fuente de energía renovable, y rastrean la presencia de personas en la casa para tomar decisiones que colaboren con la sostenibilidad.
En la misma línea se han desarrollado los coches inteligentes, que contribuyen a reducir la contaminación de los automóviles convencionales y ahorran energía. Los coches eléctricos como el Tesla Model 3 funcionan con baterías recargables que son altamente eficientes en la distribución de la energía a las partes del coche.
Según un informe extraído de ZDnet, estos vehículos son casi tres veces más eficientes que los coches normales que funcionan con combustible.
Menos energía para hacer cosas y más limpia
Aunque nuestro mundo es cada vez más dependiente de la energía a medida que la vida se digitaliza, nuestras formas de producir energía son cada vez más limpias.
Ejemplos de recursos naturales que podemos aprovechar para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles son el sol, el viento y el agua. Al reducir nuestra dependencia de los recursos naturales agotables, nuestra producción de contaminación se reduce año tras año.
La energía renovable representó el 25 % del total de la producción energética mundial en 2017 y se prevé que esta cifra aumente hasta el 85 % en el año 2050.
Y es que, los avances tecnológicos en los sistemas de energía limpia son una de las principales razones por las que se han convertido en una opción más eficiente y económicamente viable tanto para los particulares como para las empresas. Por ejemplo, la producción de energía solar es ahora un 73 % más barata que en 2006.
Por otro lado, el autoconsumo energético gracias a los paneles solares se ha convertido y se está convirtiendo en una tendencia cada vez más al alza. En 1960, la máxima eficiencia que podíamos alcanzar con los paneles solares era del 16 %, en la actualidad hablamos de casi el 50 %. Además, estas cada vez son más pequeñas, sencillas y baratas.
También se están desarrollando otros recursos renovables gracias a la tecnología. La energía eólica e hidroeléctrica ha evolucionado enormemente, lo que nos permite obtener energía en todo tipo de climas y ubicaciones geográficas.
Por otro lado, con tecnologías increíbles como la fusión nuclear en el horizonte, no es de extrañar que preveamos un futuro más limpio e iluminado. Sólo necesitaríamos un puñado de reactores de fusión nuclear para suministrar energía a continentes enteros.
A diferencia de la fisión nuclear, el proceso que alimenta las centrales nucleares actuales, la fusión no da lugar a la producción de residuos nucleares radiactivos de larga duración.
El plazo medio que se estima para la energía de fusión es de 30 años, pero un equipo del MIT que trabaja con una nueva clase de imanes cree que puede poner la energía de fusión en la red en sólo 15 años, lo que supondría una gran ayuda en la lucha por frenar la tendencia al calentamiento del planeta. Y aunque la fusión nuclear sería un logro increíble, no es la solución definitiva.
Se están investigando y desarrollando muchas otras nuevas fuentes de producción de energía y es sólo cuestión de tiempo que la humanidad descifre la solución de la producción de energía limpia e ilimitada. Por ejemplo, la energía mareomotriz tiene ciertamente desventajas que no podemos ignorar, pero este tipo de plantas de energía recogen la energía producida por el océano las 24 horas del día.
Por otro lado, cada vez usamos menos energía para generar el mismo resultado. Los electrodomésticos representan el 13% del consumo eléctrico de los hogares. La mayoría de las personas llenan sus hogares con todo tipo de aparatos, desde timbres eléctricos hasta aspiradoras robóticas.
Aunque usamos más electrodomésticos que nunca, consumimos menos electricidad que los propietarios de las décadas anteriores. Por ejemplo, una bombilla LED moderna es un 60 % más eficiente que las bombillas incandescentes tradicionales y tiene una vida útil 50 veces mayor.
Además, las lavadoras modernas utilizan un 25 % menos de electricidad y un 75 % menos de agua que las utilizadas hace 20 años. Los frigoríficos con clasificación A+++ son un 80 % más eficientes energéticamente que los modelos antiguos, según la OCU. En general, cada año consumimos menos energía a medida que avanza nuestra tecnología.
Fauna en peligro de extinción
Los científicos medioambientales han empezado a centrarse en remediar el equilibrio ecológico causado por el ser humano. La tecnología, parte integrante del ecosistema, se utiliza ahora ampliamente para salvar la vida salvaje. Algunas de las medidas adoptadas en todo el mundo para proteger la fauna son:
- Collares inteligentes con GPS, medidores y sensores para seguir la pista a especies en peligro de extinción como rinocerontes y elefantes.
- Vigilancia a distancia de los sonidos y ruidos de la fauna para detectar cualquier daño de los depredadores o problemas en los hábitats.
- Técnicas de secuenciación genética para salvar a las especies en peligro de enfermedades como el cáncer.
- Drones de conservación para rastrear y vigilar las zonas forestales silvestres en busca de cualquier desastre natural, como incendios forestales, que pueden causar la muerte de los animales.
- Analítica predictiva en animales para recopilar información sobre todas las especies del planeta y trabajar en su protección.
Producción de alimentos cada vez más ecológica
Nuestras formas de cultivar se están volviendo menos dañinas para el medio ambiente a medida que empezamos a entender cómo nuestras acciones afectan a los ecosistemas. Y es que, las granjas que utilizan métodos agrícolas modernos pueden producir hasta 10 veces más cultivos con la misma cantidad de tierra en comparación con los métodos del pasado.
Tan solo parémonos y recordemos que en 2017, más de 15.000 científicos del mundo firmaron una Advertencia a la Humanidad en la que pedían, entre otras cosas, disminuir drásticamente nuestro consumo per cápita de carne.
Los cultivos modificados genéticamente son capaces de mejorar el rendimiento de forma espectacular y, a medida que entendemos mejor cómo sacar el máximo partido a nuestros cultivos, necesitamos menos tierra para producir la misma cantidad de alimentos.
Los alimentos que comemos también van a cambiar en el futuro. La carne cultivada en laboratorios es algo que puede suscitar algunas caras un poco de extrañeza, pero se prevé que se convierta en una valiosa fuente de proteínas más limpias y ecológicas para los seres humanos.
Esta tecnología elimina la necesidad de espacio de tierra y agua para cultivar alimentos para nuestros animales y se prevé que sea más nutritiva que la carne tradicional.
La Inteligencia Artificial a los mandos del progreso
Aunque es probable que muchos ya estemos pensando en el Día del Juicio Final con la llegada de la Inteligencia Artificial a nuestras vidas como si de una película de ciencia ficción se tratase, esta también podría ser nuestra mejor opción para salir del grave estado en el que nos encontramos.
El programa AI for Earth de Microsoft es uno de los tantos esfuerzos que se están llevando a cabo para aprovechar el potencial de la IA por el bien del planeta en cuestiones relacionadas con la biodiversidad, clima, agua y agricultura.
Por ejemplo, la IA y los algoritmos de aprendizaje automático están analizando actualmente las superficies heladas para medir los cambios a lo largo del tiempo, ayudando a los investigadores a plantar nuevos bosques con diseños exactos para maximizar la captura de carbono, y habilitando sistemas de alerta para ayudar a frenar las floraciones de algas.
También está influyendo en las prácticas agrícolas y pronto transformará la forma de cultivar en los países industrializados, reduciendo nuestra dependencia de los pesticidas y disminuyendo drásticamente el consumo de agua.
Actualmente y como ya todos sabemos, hace que los vehículos autónomos circulen de forma más o menos eficiente, aunque aun queda algo de camino por recorrer en ese aspecto, reduciendo la contaminación atmosférica y está siendo utilizada para desarrollar sustitutos biodegradables de los plásticos y desarrollar estrategias para limpiar nuestros océanos.
Desde luego y sin ninguna duda, la IA será la base de nuestros esfuerzos futuros para deshacer el daño que ya se ha hecho al planeta, al mismo tiempo que se encuentran soluciones escalables para sostener las necesidades de energía, alimentos y agua.
O todo esto sigue adelante y se rema desde las más altas esferas hacia un mismo lugar, o posiblemente sea la perdición probablemente merecida de nuestra especie.
Redactora de Tecnología
Redactora de Tecnología, especializada en inteligencia artificial y ciberseguridad.
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