Las armas láser se pusieron de moda a finales del siglo pasado, con Star Trek, y cómo no, Star Wars. Medio siglo después aún forman parte de la ciencia-ficción... por poco tiempo. DragonFire puede convertirse en la primera arma láser operativa, con el objetivo de destruir drones.

El Ministerio de Defensa Británico ha contratado a las empresas armamentísticas MBDA, Leonardo UK y QinetiQ, para desarrollar el proyecto DragonFire, la primera arma láser destructiva.

Los láseres se usan desde hace tiempo en el armamento, pero solo como sistemas de apuntado. Ahora ya es posible utilizarlos para destruir drones.

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Desde hace unos años, los drones autónomos o controlados en remoto, se han convertido en una de las armas más destructivas y peligrosas.

Cada vez hay más, así que hay que diseñar sistemas de defensa antidron. Ahora se emplean misiles, pero es una contramedida muy cara: disparar un misil interceptor de drones cuesta más de un millón de euros por disparo, según cuenta el profesor Gianluca Sarri, catedrático de la Facultad de Matemáticas y Física de la Universidad Queen's de Belfast, en The Conversation.

En cambio,un rayo láser es solo un haz de luz, así que un disparo con el DragonFire apenas cuesta unos 12 euros. La diferencia es enorme.

El problema es que no resulta nada sencillo convertir un haz de luz, en un arma destructiva.

Tiene que ser un haz de luz muy potente, pero si es demasiado potente interactúa con los gases del aire, provocando todo tipo de comportamientos inesperados.

Tras muchas pruebas de ensayo y error, DragonFire ya puede destruir drones, tal como se puede ver en la foto de apertura de la noticia, que pertenece a un ensayo de este mes de enero.

Este es el DragonFire, que puede montarse en torretas, camiones o barcos:

El rayo láser es, en realidad, una radiación electromagnética, así que actúa de dos formas diferentes. Si incide en una parte sensible del dron puede sobrecalentarla, y hacer que explote. Si no es así, estropea los instrumentos del dron, que no puede volar y se estrella contra el suelo.

No solo es mucho más barato. Los haces de luz son muy precisos, y no tienen daños colaterales. Además son muy difíciles de interceptar, porque viajan a la velocidad de la luz, y una vez disparados, nada puede alcanzarlos o adelantarse.

Si el disparo falla, el láser tiene un alcance limitado, y se dispersa en la atmósfera.

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Pese a que la tecnología ya es funcional, a DragonFire aún le quedan 4 o 5 años para ser operativo. La razón es que funciona... bajo ciertas condiciones meteorológicas.

Los rayos láser son sensibles a la niebla y la lluvia, que los debilitan e incluso desvían o distorsionan. Por eso ahora los expertos de Dragon Fire están trabajando en dos rutas diferentes: o bien conseguir un rayo láser inmune al clima, o implementar ajustes en su potencia o frecuencia, que un operario o un ordenador tendría que cambiar, en función de las condiciones meteorológicas.

DragonFire es una de las primeras armas láser destructivas que funciona, con el objetivo de interceptar drones. Pero aún le falta un lustro para que la veamos en el campo de batalla.