Si tienes cierta edad, seguro que te suenan discotecas de fama nacional, como Oh! Madrid, Atika, Up&Down, Dixi 724 o Ku. Tras décadas de existencia, todas ellas han cerrado. Y no son las únicas. A los jóvenes de hoy en día ya no les atraen las discotecas como a sus padres o abuelos. ¿Cuáles son las causas?

Durante décadas, las discotecas han sido el lugar al que acudían los jóvenes para ligar, bailar, beber, fumar, y otras actividades menos legales...

Los jóvenes actuales pueden hacer todas esas cosas en otros muchos lugares, por no hablar de su bajo poder adquisitivo, que convierten las bebidas a 10 o 15 euros que te cobran en una discoteca, en un lujo casi inalcanzable.

No es extraño que, según nuestro compañero Félix Esteban, de Business Insider, que ha estado investigando el tema, solo en Alemania han cerrado 1.440 discotecas desde antes de la pandemia. Es un fenómeno que se repite en toda Europa.

¿Por qué los jóvenes pasan de las discotecas?

Los menores de 25 años, ya son nativos digitales: han nacido con un móvil conectado a Internet en la mano, y toda su vida social gira en torno a este dispositivo.

Con el móvil pueden hacer una videollamada en grupo con sus amigos, y charlar sin necesidad de esperar al fin de semana. Si quieren ligar, solo tienen que usar las redes sociales o, más directamente, Tinder y similares.

A la hora de salir a beber o a divertirse, debido a su bajo poder adquisitivo, no están dispuestos a pagar 10 euros por una bebida en la discoteca, si es que el portero les deja entrar. Prefieren comprar ellos las bebidas en el supermercado, y beber en la calle, o en casa de alguien.

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El hecho de que se prohíba fumar en los lugares públicos, también limita la atracción de las discotecas y pubs. Por no hablar de los que los jóvenes de hoy en día beben y fuman menos, y en lugar de ir en grupo a bailar prefieren jugar en grupo a juegos online, una actividad en la que también participan las chicas.

Las discotecas han dejado de ser el local social de referencia de hace décadas. No es extraño que muchas de las que no han cerrado, se hayan transformado en restaurantes o lugares de tapeo para ir a beber, comer o escuchar música, pero eliminando por completo la pista de baile.

No es que a los jóvenes ya no les interese la música. Al contrario, la escuchan más que nunca, a través de Spotify y similares. Pero prefieren los festivales y los conciertos en streaming en directo, antes que las discotecas.

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Seguramente van a seguir teniendo su público, pero más y más discotecas van a ir cerrando, hasta que solo queden unas pocas, como ha ocurrido con los cines.

Es algo que también pasa con los bares: los jóvenes acuden menos, aunque en su lugar ha crecido el número de restaurantes y locales para tomar comida rápida. No solo las clásicas hamburguesas, también comida asiática, cafeterías, etc.

Han sido un referente desde los años 50 del pasado siglo, pero parece que estamos viviendo el ocaso  de las discotecas. Los jóvenes actuales tienen gustos muy diferentes a sus padres o abuelos. La tecnología, las redes sociales, y su bajo poder adquisitivo, son las principales causas.